Si bien la fuga es una medida desesperada, como ex juez César Hinostroza tiene que haber calculado sus opciones.,Se van acumulando los prófugos de la justicia peruana. A unos se les logra traer de vuelta, a otros no. Depende de cómo se manejen, cada uno por su lado, la presa y sus cazadores frente al anfitrión. Algunos países simplemente no extraditan, y otros son muy dados a extraditar. Hay ejemplos para casi todas las situaciones. No todos vuelven. Para mantenerse en la carrera hay que tener dinero (suele haberlo), contactos, o una situación jurídica favorable. Algunos logran atrincherarse en un lugar seguro. Otros deben vivir a salto de mata. Quizás también es importante no ceder a la nostalgia, atraer la menos atención posible, y no subestimar a la Interpol. El general Víctor Malca murió en un balneario billetudo de Brasil, tras 15 años prófugo. Augusto Blacker fugó del Perú hacia Albania, donde lo protegen poderosas figuras políticas. Parte de la familia Fujimori y alguno de la familia Miyagusuku viven prófugos en el Japón, y todo sugiere que seguirán así. Casos ante los que más o menos se tiró la toalla. Luego están los casos más recientes. El más prominente Alejandro Toledo, cuyo retorno se va prolongando por tropiezos en el expediente peruano y la puntillosidad judicial de los EEUU. Es parte de una lista de 20 prófugos con precio sobre su cabeza, todos asesinos o narcotraficantes, o ambas cosas. No necesariamente todos fuera del país. No todos los que fugan fuera tienen la misma suerte, y ciertamente hay éxitos en estas historias. Alberto Fujimori fue traído de vuelta desde Chile. Vladimiro Montesinos fue repatriado desde Venezuela. Martín Belaunde Lossio fue extraditado de Bolivia. El ex contralor Víctor Caso Lay fue extraditado desde El Salvador. Si bien la fuga es una medida desesperada, como ex juez César Hinostroza tiene que haber calculado sus opciones. Su primera movida, buscar asilo político en España, no se ha concretado, y su visa Schengen le da solo 90 días de gracia. Quizás fugar ha sido una manera de fortalecer la opción de convertirse en colaborador eficaz de cuello blanco, ahora que su fuga ha complicado la investigación de la banda. Tema aparte es la manera como una conjunción de demoras, blindajes, y desidias, le ha permitido a Hinostroza llevar adelante su plan de fuga.