Dónde ubicarse ante embate fujimorista contra Vizcarra.,Algunos momentos en la vida de un país demandan, por su relevancia en su perspectiva futura, definiciones sin medias tintas, y el actual es una de esas oportunidades porque la arremetida fujimorista en marcha puede terminar con un mayor debilitamiento institucional y un quiebre democrático. La perspectiva del golpe se debilita porque es un remake de una película que todos ya han visto no hace mucho, pero no se le debe subestimar. Solo cambian algunos protagonistas –Martín Vizcarra por PPK, entre otros– pero casi repitiendo el mismo guion de la versión original. Cuando Daniel Salaverry dice hoy que “en estos momentos hablar de vacancia me parece sumamente irresponsable”, se parece a José Chlimper asegurando el 11 de noviembre de 2017 que “yo me opondría a cualquier tipo de intento político de vacancia”. Y, ayer como hoy, aparece Luis Galarreta con sus tonterías de siempre, propias de un ignorante o de un mentiroso, pero que ya nadie le cree y que lo desprestigian aún más, aunque eso ya parezca imposible: “Así empezó Maduro”, en alusión a Vizcarra. El ruido del huayco golpista de FP se conoce y ya se deja sentir, por lo que se deben tomar precauciones. El problema para el éxito de este remake es que ocurre en otro contexto: hoy Keiko Fujimori es impopular y está desprestigiada, y su presa (Vizcarra) se está fortaleciendo en la gente. Algunos vuelven a proponerle al gobierno que se porte ‘bien’ con FP y que no haga nada que pueda irritar a Keiko Fujimori. Son los mismos que le sugerían a PPK tibieza y regalar el indulto a Alberto Fujimori como rama de olivo; o los topos naranjas que dan vueltas por todos lados. Pero, por lo aprendido en el proceso contra PPK, eso es un error pues cualquier diálogo, negociación o entendimiento con FP que no pase por la sumisión total a Keiko Fujimori –como queda claro de su conversación con Vizcarra– es interpretado como debilidad que impulsa a la agresión. Este es el momento de hablar claro, de no dar ni un paso atrás, y de tomar partido con apego a los principios, la ética y la constitución. Por ejemplo, respondiendo con claridad y energía como lo acaba de hacer Vizcarra en Tacna declarando que no se doblegará ante la corrupción. La presidencia de Vizcarra puede tener varios defectos y deficiencias, como, por ejemplo, sus acercamientos ingenuos a FP y a Keiko Fujimori, pero ninguno tan grave que justifique dejar de defender la institucionalidad democrática frente al embate golpista lanzado por el fujialanismo.