En un entorno tan complicado, donde llueven dardos desde cada esquina, Gareca nos demuestra en cada declaración que es la persona que necesitábamos.,Cuando por fin tienes la certeza de que va a ocurrir algo con lo que has soñado tanto, los días de espera te dejan una sensación incierta. Ansías el momento preciso en que sucederá, pero al mismo tiempo sientes un pequeño temor, por si no llega a ser como tantas veces lo imaginaste. Pertenezco a una generación que se vio obligada a asumir, que esperaba una fiesta por cuatro años, sabiendo que no iba a poder acceder a ella. Solo se nos permitía vivirla desde lejos, a disfrutarla a través de otros colores. Si extrañamente aparecía un soñador, rápidamente era atacado por la multitud y se veía obligado a aceptar el orden establecido. Solamente unos pocos siempre creyeron, en silencio, a pesar de las fuertes decepciones, se mantenían firmes en el sueño. Y, felizmente, apareció alguien para mostrarles que no estaban equivocados. En un entorno tan complicado, donde llueven dardos desde cada esquina, Gareca nos demuestra en cada declaración que es la persona que necesitábamos. Su confianza ciega en los jugadores, nos invita a intentar olvidar todas las dificultades que se han tenido que enfrentar, para centrarnos en mostrarles nuestro respaldo. Ellos nos han permitido ser parte de esta fiesta nuevamente, son los que más merecen disfrutarla. Quizá solamente cuando grite a rabiar un gol peruano, con los ojos llorosos, termine de entender que hay momentos que no vale la pena imaginar, porque terminarán superando cualquier idealización. Gracias muchachos por esta alegría.