Ya existe evidencia empírica que demuestra cómo la tecnología sí nos hace más felices.,¡Feliz día de la Felicidad! El contexto político es tragicómico, pero nadie nos quita lnternet =) Ya existe evidencia empírica que demuestra cómo la tecnología sí nos hace más felices, o al menos eleva nuestros niveles de satisfacción. Un estudio publicado en la revista “Computers in Human Behavior”, explica que el uso de la tecnología digital mejora nuestros niveles de bienestar y esa sensación es más clara en el caso de personas con menores recursos, adultos mayores y personas con discapacidad. Aunque se piensa lo contrario, lnternet nos hace más solidarios, empáticos y cosmopolitas. Y esos sentimientos mejoran nuestra percepción de bienestar. Cierto es también, que la tecnología digital tiene sus bemoles respecto a la privacidad y el empacho informativo. Pero el neto es positivo, es decir hay más cosas buenas que malas. Y aunque la felicidad no debería ser el fin supremo de la vida y la sociedad -como decía el otro día el experto Jorge Yamamoto-, el asunto de la felicidad si nos acerca más con eso de “salirse de nuestros zapatos”, o dejar de “mirarse el ombligo”, para ir en busca del otro. Porque la tecnología digital ha creado nuevas formas de interacción social que potencian nuestros valores y antivalores. Y, si bien es cierto que el ser peruano implica ser envidioso, chismoso y egoísta -Yamamoto dixit-, también es chamba y leal. Entonces en un contexto digital, aflora lo bueno y lo malo, todo depende de los detonantes. Volviendo a la tragicomedia, este jueves 22 de marzo, la sociedad peruana presenciará una vez más, la catadura moral de su clase política cuando llegue a su clímax en el debate congresal de la solicitud de vacancia presidencial. Yo estaré en Oslo, a miles de kilómetros, pero no importa, porque estaré en el ágora de Twitter, cerquísima de las opiniones de los miles de internautas que se congregarán para charlar. Ahí te veo, Japi Jai.