Lo único que generará todo esto es que los estudios de animación japoneses y las compañías que tienen las licencias ignoren nuestra región,La emoción por el round final entre Jiren y Gokú en el torneo de supervivencia ha llevado a que autoridades municipales de Latinoamérica, entre ellas algunas de Perú, ofrezcan proyectar en pantallas gigantes el esperado capítulo 130 de Dragon Ball Super. No obstante, Crunchyroll, quien posee los derechos de transmisión vía streaming, aclaró que ninguna proyección es legal a menos que se cuente con el permiso del creador y del encargado de la licencia. Incluso la misma Toei Animation emitió un comunicado advirtiendo que no han autorizado ninguna exhibición pública en esta parte del mundo. Lamentablemente, lo único que generará todo esto es que los estudios de animación japoneses y las compañías que tienen las licencias ignoren nuestra región, pese a tener un gran número de seguidores, por el hecho de no haber respetado las reglas del juego. Por supuesto, varios usuarios en las redes sociales imaginaron una u otra manera de sacarle la vuelta al asunto, pero eso solo demuestra una vez más la falta de seriedad en el consumo legal de un producto y de que nadie lee los términos y condiciones de uso. En los últimos años, hemos disfrutado de grandes cintas animadas como Your name o Una voz silenciosa en salas de cine peruanas, y eso es gracias al esfuerzo de distribuidoras latinoamericanas como Konnichiwa Festival, entre otras, que creen en el público fan del anime de esta región. A pesar de la buena intención con la comunidad otaku, esto solo estropea lo que se ha avanzado arduamente.