¿Por qué querría Barata mentir y embarrar a políticos?,Hasta podría pensarse que fue una movida táctica de los fiscales del caso Lava Jato para hacer caer en contradicciones a las personas investigadas y, de ese modo, avanzar con más rapidez hacia la verdad, pero lo más probable es que la versión de que Jorge Barata no tenía pruebas sobre los dineros que repartió para tutilimundi fue, afortunadamente, equivocada. Al inicio se filtró la versión de que todas las entregas de dinero a candidatos no estaban documentadas, lo cual no es que le restara fuerza a su testimonio, sino que hacía más complejo el trabajo de fiscales y jueces responsables de que se haga justicia. Pues, como es obvio, el dicho de una persona no basta para demostrar lo que dice, especialmente en asuntos tan graves como los que está declarando Barata, sino que esto debe ser corroborado mediante documentos que se entreguen, o a través del esfuerzo de los fiscales para, a partir de los hechos señalados en la declaración, seguir las pistas y construir una acusación con evidencia sólida. Quizá por ello, el mismo día en que se conoció la relación de personas a las que, según la versión de Jorge Barata, Odebrecht financió sus candidaturas, así como los nombres de los mensajeros a quienes se les entregó el dinero, todos los políticos y sus intermediarios no dudaron en negar, en la parte que les competía, el testimonio ofrecido en Sao Paulo. Es decir, todos negaron haber recibido dinero de Odebrecht para financiar campañas. Pero parece que no fue así, para desdicha de las personas denunciadas, pues, según la estupenda crónica de ayer del enviado especial de La República a Sao Paulo, César Romero, de todo lo que habla Barata sí hay pruebas. No existen recibos de las entregas de dinero, pero sí hay evidencia como el registro de pagos en el departamento de sobornos de Odebrecht, entre otra documentación relevante. ¿Por qué le convendría a Barata y a Odebrecht lanzar mentiras que hundan y embarren a casi todos los principales políticos peruanos si no fueran verdades? Es obvio que el incentivo central para no mentir es no perder los beneficios judiciales derivados de una colaboración legítima con la justicia. Por ello, es increíble que algunos de los líderes políticos mencionados en la lista de Barata, como Keiko Fujimori, crean que pueden usar las versiones de su testimonio ante los fiscales para que archiven sus casos. Ni que los fiscales se llamaran Rosa María Bartra.