Burke sostiene, a mi juicio en forma forzada, que la legitimidad de origen sigue siendo la tradición dinástica. Burke discute también el “derecho a deponer a los gobernantes que se conducen mal”.,A propósito de la posible vacancia de PPK me permito recordar uno de los más célebres y primeros debates, sino el primero, sobre la vacancia de los gobernantes entre uno de los más destacados representantes del pensamiento conservador, Edmund Burke, y un destacado representante del pensamiento moderno, el doctor Price, teólogo protestante. A diferencia de Price, Burke niega que se pueda vacar a un gobernante por su desempeño, pero sostiene que la vacancia es posible si se basa en causas profundas que afectan la legitimidad de origen. En sus Reflexiones sobre la Revolución Francesa de 1789, hechas en el mismo momento que se producía, Edmund Burge reseña ese debate discutiendo sobre la Revolución Sensata inglesa de 1688. Burke discute la tesis de Price según la cual “por los principios de 1688 el pueblo de Inglaterra ha adquirido tres derechos fundamentales, todos los cuales forman para él un sistema y figuran en una breve frase, a saber, la de que hemos adquirido derecho: 1. “A escoger nuestros propios gobernantes”, 2.“A deponerlos caso de conducirse mal”, 3. “A constituir nuestro propio gobierno”. Los wigs y los tories destituyeron en 1668 al rey católico Jacobo II, sucesor de Carlos II, por restituir el catolicismo como religión de Inglaterra en reemplazo del protestantismo y llamaron a Guillermo de Orange, yerno de Jacobo II, para que ocupara el trono. Burke argumenta que “todas las circunstancias demuestran que la aceptación del rey Guillermo no fue en realidad una elección; sino que para todos los que no deseaban volver a traer al rey Jacobo, ni hacer sufrir a su país un diluvio de sangre, poniendo de nuevo a la religión, leyes y libertades en el peligro al que acaban de escapar, fue un acto de necesidad en el sentido moral más estricto”. Burke dice “que un título sucesorio dudoso se parecería demasiado a una elección” … pero… “la nueva dinastía derivaba del mismo origen. Seguía siendo una dinastía hereditaria…”. En otras palabras, Burke sostiene, a mi juicio en forma forzada, que la legitimidad de origen sigue siendo la tradición dinástica. Burke discute también el “derecho a deponer a los gobernantes que se conducen mal”. Sostiene que “ningún gobierno podría sostenerse un momento en caso de poder ser eliminado por una cosa tan oscura e indefinida como es la creencia en que “se conduce mal” y que el rey Jacobo fue destituido por “una multitud de actos abiertamente ilegales, de subvertir la iglesia protestante y el Estado, y sus derechos y libertades fundamentales e indiscutibles; le acusaron de haber quebrantado el contrato original entre rey y pueblo. Esto era más que conducirse mal”. Burke niega que el de Guillermo de Orange era un nuevo gobierno: “En la época de la Revolución (de 1688), como en la actual, lo que deseábamos era derivar todo lo que poseemos de la herencia de nuestros antepasados. El espíritu de innovación es generalmente resultado de un temperamento egoísta y de miras limitadas. Quienes no miren hacia sus antepasados no mirarán su posteridad”. Vuelvo sobre la validez actual del pensamiento moderno de Price sobre la vacancia con algunas precisiones.