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Opinión

La III guerra y el siglo de Kissinger, por Augusto Álvarez Rodrich

Los riesgos: la relación EE.UU. - China y la inteligencia artificial.

larepublica.pe
AAR

Encorvado y con dificultad para andar, pero aún con una mente aguda, Henry Kissinger cumplió ayer 100 años como la persona viva con más experiencia, conocimiento y sabiduría en política exterior, y una gran preocupación por el riesgo de que la contienda entre Estados Unidos y China se convierta en la tercera guerra mundial.

La directora de The Economist conversó con él en su oficina del piso 33 de un edificio Art Deco en el centro de Manhattan, donde se desempeña desde hace 46 años, tras ser secretario de estado, como consultor de presidentes y reyes, además de escribir libros espléndidos. Ahora está terminando dos: uno sobre inteligencia artificial y otro sobre la naturaleza de las alianzas.

Cuando Kissinger habla, todos escuchan. Y ahora está diciendo, como lo registró The Economist en una conversación de más de 8 horas realizada en dos días a fines de abril de 2023, que está muy preocupado, por un lado, por el impacto de la inteligencia artificial: “Estamos en el comienzo de una capacidad en que las máquinas podrían imponer una pestilencia global u otras pandemias, no solo nucleares, sino cualquier campo de destrucción humana. Las circunstancias exigen líderes responsables que, al menos, intenten evitar el conflicto”.

También le preocupa que la rivalidad EE.UU. - China por la preeminencia tecnológica y económica que se potenciará por la inteligencia artificial se convierta en la tercera guerra mundial: Beijing cree que EE.UU. hará de todo para mantener a raya a China, y Washington que China la quiere destronar como principal potencia mundial.

“Estamos en la clásica situación previa a la primera guerra mundial, donde ninguna de las partes tiene mucho margen de concesión política y en la que cualquier perturbación del equilibrio puede tener consecuencias catastróficas”, señala Kissinger.

“Vamos camino a la confrontación de las dos grandes potencias con capacidad de destruir a la humanidad”, concluye Kissinger, además de cuestiona el futuro de la relación China-Rusia, condenar la calidad del liderazgo político en EE.UU., esperar que Japón se convierta pronto en una potencia nuclear, y elogiar al gobierno de India por su conducción de la política exterior.