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Opinión

OEA: misión imposible

“Es notorio que el ofi cialismo y sus amigos aplauden la próxima llegada de la delegación OEA, la oposición la critica, y a un amplio sector de la población le importa un comino”.

larepublica.pe
“Es notorio que el ofi cialismo y sus amigos aplauden la próxima llegada de la delegación OEA, la oposición la critica, y a un amplio sector de la población le importa un comino”.

En torno de la misión de la OEA para observar el Perú se vienen tejiendo esperanzadas leyendas urbanas. A unos delegados que todavía no han sido designados se les atribuye la capacidad de resolver la crisis peruana. ¿Cómo lo harían si carecen de todo poder de decisión? Eso no se explica, y solo se repite una y otra vez la sigla OEA.

Lo más que podría producir esa delegación es algo parecido a una tregua política, a medida que los visitantes se van reuniendo con toda figura prominente en el país. La idea es recoger puntos de vista y quizás algo del ambiente psicológico en que se debate el país. Luego de vuelta a casa, para preparar un informe a la distancia.

Como el contexto de la iniciativa es la polarización, las opiniones locales se dividen. Algunos aluden a una sagaz maniobra del gobierno, que ya le está ganando puntos desde ahora. Otros piensan que el viaje a Lima es un ejercicio inútil, incluso más protocolar que político. Un meme señala que será ocasión para grandes banqueteos.

La división de opiniones tiene otras facetas. Todos los bandos consideran que la misión de la OEA les va a dar la razón. Es de advertir que toda una Asamblea General OEA pasó por aquí hace pocas semanas, sin que eso se traduzca en alguna postura del organismo. No hay allí gran urgencia para criticar o defender a Pedro Castillo y su entorno.

En el plan de plañidera internacional en que se ha colocado este gobierno, no nos extrañemos que pronto se trate de someter los conflictos políticos locales a la mediación papal. Por lo pronto el papa Francisco ha hecho varios llamados a la cordura en el Perú. El cardenal Pedro Barreto lo ha hecho a su manera, pidiendo la salida de Castillo.

Se trata de hacer balances adelantados, es notorio que el oficialismo y sus amigos aplauden la próxima llegada de la delegación OEA, la oposición la critica, y a un amplio sector de la población le importa un comino. Si alguna vez la romántica expresión Carta Democrática significó alguna cosa, es obvio que ese tiempo ha pasado.

Como va la cosa, lo ideal sería que se vayan todos y que no venga ninguno.