‘Acratch’ venció 3-1 a Costa de Marfil y aseguró su pase a octavos de final. Luis Fabiano anotó dos veces –uno de sus goles fue de antología– y el tercero fue obra de Elano. Drogba descontó en un partido en el que Kaká fue el mejor pero se fue expulsado por una polémica decisión. Angelo Torres A veces se necesitan golpes fuertes para poder reaccionar. Críticas que te hagan reflexionar y que te obliguen incluso a incumplir el cuadriculado mensaje de tu técnico. Kaká es testigo de eso. La prensa arremetió contra la mezquina presentación del debut y les pidió más. A todos, no solo a él. Exigió que estén a la altura de lo que siempre muestra Brasil. El volante del Real Madrid jugó como si todavía estuviera en el Milán, club en el que brilló y fue la luz principal en los éxitos de los italianos. Se olvidó del dolor en la pierna izquierda y fue el perfecto líder de una sinfonía afinada que tuvo su nota más alta en el complemento. La imprecisión de la primera fecha fue la antítesis del partido ante Costa de Marfil. Ahora el equipo soltó unas gotas de la esencia mágica que tienen los brasileños como propiedad exclusiva y dio rienda suelta a la imaginación. Claro, antes tuvo que superar una férrea defensa de los ‘Elefantes’, quienes abusaron de la fuerza y de la mala intención; pero Luis Fabiano estuvo imparable, con el olfato goleador que lo caracteriza. Kaká recién se iluminó con el primer gol; antes transitó entre las tinieblas y al borde de las pifias. Luis Fabiano le da un taco y el volante se la devuelve, dejándolo solo frente a Barry para que el atacante del Sevilla saque un fusil y dispare con la frialdad de un asesino en serie. Así se despercudió de una mala racha de seis partidos con el ‘Scratch’ sin poder anotar. Pero seguía con hambre de gol. Arrancó el complemento y él fue el protagonista de la jugada más polémica, pero a la vez la más linda, del partido. Una verdadera pinturita. Controla un pase con el brazo izquierdo, hace dos sombreros y cambia de mano para parar de nuevo el balón y termina con un potente remate de zurda. Imposible para Barry. Golazo que termina de convalidarse cuando el réferi Lannoy le pregunta si es que fue mano y obviamente Fabiano le dice que fue pecho. Y allí empezó el concierto de toques con sabor sudamericano. Solo faltó que se escuchara un poco de samba en el Soccer City para que los brasileños se sientan como en casa. Sacaron varios trucos de la galera y escondieron el balón durante tanto tiempo que la única reacción de los africanos fue agarrarlos, literalmente, a patadas. La última luz también fue propiedad del jugador que se llena de fe cada vez que toca el balón. Kaká predicó buen fútbol y sus compañeros lo siguieron como fieles. Se escapó por la banda, dejó en el camino a Demel y habilitó a Elano para que la Jabulani toque la red. Usaron la fuerza Pero la pelota sí se mancha. Por lo menos ese es el mensaje que dejaron los marfileños cuando empezaron a pegarles a todos los que tenían camiseta amarilla. Incluso las fuertes entradas pudieron terminar en tragedia cuando Elano tuvo que salir de la cancha después de que lo ‘plancharan’ criminalmente. ¿Y las tarjetas? Parece que bien guardadas en el bolsillo del árbitro, a quien al parecer le dio amnesia y se olvidó de sacarlas. Kaká perdió la paz e inició la guerra cuando le puso el codo a Keita en modo de autodefensa ya que el rival venía a velocidad de tren y listo para atropellarlo, y el brasileño se tuvo que ir expulsado. Diez minutos antes, Didier Drogba demostró por qué es uno de los atacantes más letales del mundo al aprovechar la única ocasión que tuvo y cristalizarla en gol con un cabezazo imposible. Con esta victoria, Brasil aseguró su lugar en octavos de final y dejó a Costa de Marfil con respirador artificial, ya que tendrá que ganarle en la última fecha a Corea del Norte y esperar que el ‘Scratch’ haga gala de su favoritismo ante Portugal. El ‘Hexa’ todavía no está cerca, pero tampoco tan lejos. Solidez en el fondo, orden táctico, imaginación para atacar y recursos técnicos en sus principales figuras. Este cóctel de virtudes puede coronar a Dunga. Es cuestión de esperar. En caliente "Fue una mano santa, involuntaria, es uno de los goles más lindos que he anotado en mi carrera". Luis Fabiano Delantero de Brasil Enfoque No tuvo apoyo Gilberto Hidalgo Ex árbitro FIFA Pienso que el francés Stephane Lannoy estuvo bien en su trabajo. No buscó protagonismo y mostró mucha dinámica a la hora de desplazarse por toda la cancha. Si cometió un par de errores fue porque no tuvo el apoyo de sus asistentes. Una de sus fallas fue el haber expulsado a Kaká porque el marfileño simuló un golpe que nunca existió. Fue una jugada enredada que lo dejó mal. Después estuvo bien, sin muchas complicaciones. Sacó las tarjetas amarillas que tenía que mostrar debido a las constantes fricciones en el complemento. Quizá los errores son más de apreciación. No cabe duda de que hasta el momento el trabajo de los jueces está al nivel de la competencia, unos mejores que otros. Yo insisto en que el video debe servir más para ayudar al fútbol que para ver el trabajo de los árbitros.