La flota de autos presidenciales de EE. UU. es emblemática, pero existen otros vehículos que han dejado huella en la historia política mundial. Desde lujosos sedanes hasta imponentes SUV, cada uno refleja el poder y la cultura de su país.
En el ámbito de la política, los automóviles no solo son medios de transporte, sino símbolos de autoridad y prestigio. A lo largo de los años, diferentes naciones han desarrollado sus propios vehículos oficiales, cada uno con características únicas que los distinguen. Este artículo explora algunos de los autos presidenciales más destacados alrededor del mundo, más allá de la famosa “Bestia” estadounidense.
Desde el Rolls-Royce Phantom IV de la reina Isabel II hasta el Mercedes-Benz S-Class utilizado por líderes europeos, cada automóvil cuenta una historia de lujo y seguridad. Estos vehículos no solo están diseñados para el confort, sino también para garantizar la protección de sus ocupantes en situaciones de riesgo.
Estos vehículos no solo están diseñados para el confort, sino también para garantizar la protección. Foto: Xakata
El Rolls-Royce Phantom IV es uno de los autos más exclusivos del mundo, fabricado entre 1950 y 1956. Este vehículo fue diseñado especialmente para la familia real británica y solo se produjeron 18 unidades. Con su elegante diseño y su potente motor, el Phantom IV se ha convertido en un ícono de la realeza, utilizado en ceremonias oficiales y eventos importantes.
El Cadillac One, conocido popularmente como “La Bestia”, es el vehículo presidencial actual de EE. UU. Este automóvil es una fortaleza sobre ruedas, equipado con tecnología de seguridad avanzada y un diseño que refleja el estatus del presidente. Sin embargo, “La Bestia” no es el único Cadillac que ha servido a la presidencia; modelos anteriores también han sido parte de la historia automotriz estadounidense.
La seguridad es el eje central de la “Bestia”. Su blindaje de hasta 20 centímetros y ventanas de vidrio reforzado están diseñados para resistir armas de alto calibre y explosivos, asegurando la máxima protección en cualquier emergencia.
En China, el auto presidencial destaca por su singularidad. Se trata del Hongqi L5, un modelo de producción nacional especialmente ordenado por Xi Jinping para uso exclusivo dentro del país. Para sus visitas al extranjero, el mandatario utiliza otro vehículo de la misma marca, el Hongqi N501. Ambos automóviles no solo están equipados con medidas de seguridad de alto nivel, esenciales para proteger a una de las figuras más influyentes del mundo, sino que también cuentan con detalles de lujo y diseño que rivalizan con la elegancia de un Rolls-Royce.
El Mercedes-Benz S-Class ha sido el vehículo preferido de muchos líderes europeos, incluyendo a la canciller alemana Angela Merkel. Este automóvil combina lujo y tecnología avanzada, ofreciendo un alto nivel de seguridad y confort. Con características como asientos de masaje y sistemas de entretenimiento de última generación, el S-Class es un ejemplo de cómo la ingeniería automotriz puede servir a la política.
Durante la era soviética, el ZIL 41047 fue el vehículo oficial de los líderes del país. Este automóvil, conocido por su robustez y diseño distintivo, era utilizado por figuras como Leonid Brezhnev. Con un motor potente y un interior lujoso, el ZIL 41047 simbolizaba el poder del régimen soviético y su capacidad para impresionar tanto a aliados como a adversarios.
El Toyota Century es el vehículo oficial del emperador de Japón. Este automóvil, que combina un diseño clásico con tecnología moderna, es un símbolo de la tradición y la elegancia japonesa. Con un enfoque en la comodidad y la discreción, el Century es un ejemplo de cómo el lujo puede ser sutil y significativo.