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La historia de las botellas de brujas, un supuesto amuleto protector del siglo XVII: contenían uñas y cabello

Estos curiosos recipientes reflejan las supersticiones del siglo XVII, cuando las creencias en magia eran intensas. Su uso no se limitó a clases bajas, ya que se encontraron en propiedades urbanas y de alta sociedad.

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Originadas en Inglaterra en el siglo XVI, su uso se popularizó en el XVII, lo que reflejó los temores de la época. Foto: composición LR/EPC/NatGeo

En el siglo XVII, las supersticiones sobre brujería y hechizos causaban temor entre la población. Esto llevó a la creación de objetos apotropaicos, diseñados para repeler el mal y las energías negativas, como las botellas de brujas. Estos recipientes, llenos de elementos simbólicos, buscaban “neutralizar” cualquier influencia negativa y convertirse en un curioso reflejo de las creencias de la época.

La tradición de las botellas de brujas tiene raíces en el folclore inglés, donde aparecieron como una herramienta de protección ante supuestos hechizos. Su contenido y uso siguen intrigando a historiadores y arqueólogos hasta el día de hoy.

Botella de bruja de vidrio con forma de torpedo encontrada en Watford, Inglaterra, del siglo XIX. Foto: Malcolm Lidbuty

¿Qué es una botella de brujas y cómo surgió su uso?

Las botellas de brujas se originaron en Inglaterra alrededor del siglo XVI, aunque se popularizaron en el XVII debido a la intensificación de las creencias en hechizos y brujería. Estos recipientes, que en un principio eran jarras de cerámica denominadas 'Bartmann jugs' o 'bellarmines', recibieron su nombre de un cardenal católico temido por sus opositores religiosos. Las jarras eran reconocibles por la imagen de un hombre barbudo en la cerámica, simbolizando un protector de la fe.

Según la profesora de folclore e historia Ceri Houlbrook, de la Universidad de Hertfordshire, las botellas de brujas contenían diversos elementos, como uñas, cabellos y hasta clavos. Estos elementos personales vinculaban a la persona con la botella, mientras que los clavos o alfileres representaban una "agresión" simbólica contra el supuesto hechicero. Las botellas se enterraban en lugares estratégicos del hogar —como bajo la chimenea— y se consideraba que, mientras permanecieran intactas, la protección seguiría activa.

Jarra Bartmann utilizada como botella de bruja que se mostró en el Guildhall, City of London. Foto: Ethan Doyle White

¿Cómo funcionaba una botella de brujas como amuleto protector?

Las botellas de brujas estaban diseñadas como un método de protección apotropaica, es decir, como un recurso para desviar el mal o las influencias negativas. Cada ingrediente simbolizaba aspectos de la persona o de la magia contra la cual se buscaba protección: el cabello y las uñas establecían una conexión con el afectado, mientras que los alfileres y otros objetos punzantes "atrapaban" las fuerzas malignas en el interior de la botella.

Estos recipientes se convertían en “filtros” mágicos, donde, por ejemplo, el uso de orina indicaba un fuerte vínculo de la persona con el hechizo; el propósito era que cualquier daño a la botella afectara también al supuesto causante del mal, neutralizando así la influencia negativa. En el siglo XVII, este ritual fue registrado en escritos médicos de la época, como el tratado The Astrological Practice of Physick (1671) de Joseph Blagrave, quien explicaba cómo sellar la botella con elementos personales era clave en el ritual.

Jarra de cerámica producida hacia el segundo cuarto del siglo XVI encontrada en Bélgica. Foto: Vlaams Erfgoed Centrum

¿Dónde se hallaron estas botellas y qué representan en la actualidad?

Los descubrimientos arqueológicos de botellas de brujas en lugares antiguos han revelado que esta práctica no estaba limitada a las clases bajas o áreas rurales, sino que también aparecieron en casas urbanas y propiedades de alto nivel social. La investigación reciente, como la realizada por el Museo de Arqueología de Londres, ha mostrado que estas botellas no solo eran supersticiones rurales, sino un recurso comúnmente aceptado y hasta utilizado en rituales medicinales populares.

Aunque el propósito original era proteger, hoy las botellas de brujas tienen un significado diverso. En el paganismo moderno, se ha reinterpretado el ritual y muchas personas en la actualidad las crean como "botellas de protección" adaptadas, usando hierbas y elementos decorativos. No obstante, la fascinación por estos objetos sigue activa, como señala el experto Nigel Jeffries, quien sugiere que estas botellas simbolizan una parte importante de la historia de las creencias populares y sus intentos por comprender y controlar lo desconocido.

Esta pálida jarra con motivos de reptiles fue excavada en 2004 en una letrina del siglo XVII bajo el Rochester Independent College y redescubierta en 2021. Su inquietante contenido (una moneda, clavos de cobre, un diente y un fino cabello rubio blanquecino) sugiere que en su día se utilizó como "botella de bruja", como parte de un ritual para ahuyentar presuntas fuerzas malévolas. Foto: Nicki Komorowski