Estados Unidos, mediante la autorización del presidente Joe Biden, levantó las restricciones impuestas a Ucrania y le permite desde ahora emplear armas suministradas por EE. UU. contra objetivos que se encuentren en territorio de Rusia. La decisión, que fue anunciada este jueves 30 de mayo por un alto funcionario de la Casa Blanca a la agencia AFP, precisa que la contraofensiva se debe dar solo para proteger la región de Járkov.
El presidente ha ordenado recientemente a su equipo que se asegure de que Ucrania pueda utilizar armas suministradas por Estados Unidos con fines de contraataque en la región de Járkov, de modo que Ucrania pueda responder a las fuerzas rusas", señaló a AFP el responsable bajo condición de anonimato.
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La decisión de Estados Unidos se da luego de que varios países europeos, entre ellos Francia, Alemania y el Reino Unido, hayan señalado anteriormente que estaban abiertos a una flexibilización de las restricciones para que Ucrania pueda utilizar las armas suministradas por Occidente.
Según precisó el alto funcionario de la Casa Blanca, Kiev solicitó a Washington un cambio en sus políticas durante las últimas semanas debido al avance de las fuerzas rusas en su territorio. En este sentido, los integrantes del ejército de Rusia, sus depósitos de municiones y los centros logísticos podrán ser atacados con artillería y cohetes proporcionados por Estados Unidos.
Sin embargo, Ucrania no tendrá permitido usar armas para arremeter contra infraestructura civil ni tampoco para lanzar misiles de largo alcance, como el Sistema de Misiles Tácticos del Ejército, para alcanzar objetivos militares en el centro de Rusia.
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El último miércoles, el secretario de Estado, Antony Blinken, se convirtió en el primer funcionario estadounidense en insinuar públicamente que Biden podría reconsiderar su posición y permitir tales ataques. Blinken declaró a los periodistas que la política estadounidense hacia Ucrania evolucionaría según fuera necesario.
Más tarde, John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, no descartó la posibilidad de que EE. UU. haga un cambio en su política, aunque no confirmó los cambios.
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Ante este panorama, Rusia acusó a la OTAN de abrir una nueva fase de tensión en sus ya conflictivas relaciones, al alentar los ataques ucranianos contra objetivos en territorio ruso con armamento occidental, una postura que no cuenta con unanimidad en el bloque aliado.
"En los últimos días y semanas, los miembros de la OTAN, especialmente Estados Unidos y otros países europeos, han entrado en una nueva fase de escalada de las tensiones. Y lo hacen de manera consciente", afirmó Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, en su rueda de prensa diaria.