El último 30 de marzo, una masacre sacudió a Guayaquil (en el suroeste de Ecuador) y ha dejado al menos ocho personas fallecidas y otras ocho heridas, según reportes policiales. Unos individuos armados dispararon contra un grupo en el área de Guasmo. El ataque produjo dos muertes instantáneas y varias víctimas que posteriormente perdieron la vida por la gravedad de sus lesiones en centros médicos. La tragedia marca un recrudecimiento de la violencia en el país gobernado por Daniel Noboa.
Este evento se suma a una cadena de actos violentos que Ecuador ha experimentado en días recientes, incluyendo tres masacres en solo 48 horas. En Ayampe, provincia de Manabí, cinco turistas fueron secuestrados y asesinados el viernes por narcotraficantes que los confundieron con rivales, mientras que en Manta, ciudad de la misma provincia, se reportó el homicidio de cuatro individuos, entre ellos un militar.
El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, condenó estos actos a través de su perfil en la red social X, manifestando su solidaridad con las familias de las víctimas y reafirmando su determinación de no ceder ante el narcoterrorismo.
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Asimismo, el último fin de semana en San Vicente, provincia de Manabí, la alcaldesa fue asesinada en un ataque armado. Este hecho se inscribe en una serie de agresiones contra figuras políticas en el país, incluyendo el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio y del alcalde de Manta, Agustín Intriago, durante el año 2023.
La tensión en el país se agudizó con un amotinamiento en una prisión de Guayaquil, en el suroeste del país, que resultó en tres reclusos fallecidos y seis heridos. Este incidente ocurrió en la misma instalación de la que se fugó Adolfo 'Fito' Macías, reconocido líder de 'Los Choneros', una de las bandas criminales más prominentes de Ecuador.
Noboa ha enfatizado que estos actos de violencia, incluido el motín carcelario, no son sucesos aislados, sino que se presentan en un contexto preelectoral, en anticipación a una consulta popular promovida por el Gobierno. A través de su perfil en la plataforma X, Noboa atribuyó la responsabilidad de estas acciones a "narcoterroristas" y a políticos que, según él, son sus aliados, señalando una estrategia de intimidación y desestabilización en vísperas de procesos democráticos cruciales para el país.
Ecuador, tradicionalmente considerado uno de los países más seguros de América Latina, enfrenta una creciente amenaza de bandas criminales y narcotraficantes que disputan las rutas de drogas, especialmente ubicadas entre Colombia y Perú, los principales productores de cocaína a nivel mundial. Este contexto ha llevado a un alarmante aumento en la tasa de homicidios del país, que se disparó de 6 por cada 100.000 habitantes en 2018 a 43 en 2023.
En respuesta a la escalada de violencia, Noboa, quien asumió la presidencia en noviembre, ha tomado medidas significativas, como la declaración de conflicto armado interno en enero, tras ataques de bandas que dejaron numerosas víctimas.
Además, convocó a un referéndum para el 21 de abril, buscando fortalecer las políticas de seguridad contra el narcotráfico, con propuestas como el apoyo militar a la policía sin declarar estado de excepción, la extradición de ciudadanos implicados en crimen organizado y el endurecimiento de penas por terrorismo y narcotráfico.