Ali Elreda, de 47 años, es un testimonio viviente de las segundas oportunidades. Condenado en el año 2009 en Estados Unidos por intentar distribuir drogas, pasó casi seis años entre la prisión y casas de transición entre 2007 y 2013. Durante este tiempo, Elreda aprendió a cocinar, una habilidad que cambiaría su vida.
Actualmente, Elreda dirige un restaurante en Downey, California, llamado Fatima’s Grill, en honor a su hija de 19 años. Su historia de superación es viral en las redes sociales.
Desde su apertura en 2016, Fatima’s Grill ha estado deleitando a los comensales con su innovadora mezcla de sabores mediterráneos y mexicano-americanos. Entre sus especialidades, se encuentra el shawarma crunch wrap, una deliciosa combinación de carne y queso, rematada con una capa de Flamin’ Hot Cheetos.
La oferta culinaria es un tributo a la herencia libanesa-americana de Elreda y a la vibrante comunidad latina de Bell, California, donde creció. La explosión de colores y la fusión de sabores en los platos cautivaron hicieron que se vuelva viral, así pudo hacer que el restaurante acumule un total de 1,4 millones de seguidores entre TikTok e Instagram. Su popularidad ha sido tal que, en 2021, se convirtió en una franquicia: se expandió con seis nuevas ubicaciones en el sur de California, Nueva York y Texas.
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De acuerdo con CNBC Make It, la primera ubicación de Fatima’s Grill logró ingresos totales de US$1,1 millones en 2022. A pesar de que no alcanzó a ser rentable ese año, ha demostrado rentabilidad en años previos. Según un representante de la empresa, se proyectó que podría generar hasta US$1,8 millones en 2023.
Además, se volvió tan popular como para convertirse en un negocio de franquicias en 2021, tal como se mencionó líneas arriba: seis nuevas ubicaciones se abrieron en el sur de California, Nueva York y Texas.
Durante su tiempo en prisión, Elreda decidió aprovechar la oportunidad para aprender nuevas habilidades y se inscribió en un curso de cocina. Su amor por la comida se remonta a su infancia, cuando solía seguir a su madre por la cocina y "meter la mano en la olla".
En 2011, mientras residía en una vivienda de transición ordenada por el tribunal, Elreda encontró obstáculos para conseguir empleo en una cocina profesional. Sin embargo, un primo que poseía un puesto en un mercado de carnes en Bell le ofreció un puesto de cocinero en una pequeña parrilla, un entorno que recordaba a la cocina de la prisión donde Elreda había trabajado.
El pariente emigró y pactó con Ali la adquisición del local por un monto de US$80.000. Con las riendas en sus manos, Elreda se aventuró a fusionar las gastronomías que marcaron su infancia, elaboró platos mediterráneos y tacos en su compacto asador.
La comida que preparaba Elreda comenzó a ganar popularidad, lo que le permitió vender su puesto por US$125.000. Con el dinero obtenido, decidió invertir en la apertura de un restaurante propio, ubicado en lo que antes era un local de comida china para llevar.
Bajo el nombre de Fatima’s Grill, la comida innovadora de Elreda, que incluye su salsa picante Lebamex (una fusión de sabores libaneses y mexicanos), ganó reconocimiento en las redes sociales.