En el Caribe existe una peculiar obra de ingeniería aeroportuaria, la cual desafía las expectativas y limitaciones habituales de la aviación. La pista de aterrizaje más corta del mundo es un ejemplo de la habilidad humana para adaptarse al entorno natural. Esta peculiar infraestructura se encuentra dentro de una joya escondida en el vasto azul del mar Caribe y, contra toda expectativa, forma parte de un país de Europa.
Las medidas de esta pista de aterrizaje la vuelven única. Con solo 396 m de longitud, se convierte en un desafío para los pilotos debido a que en este lugar se dan los despegues y aterrizajes más riesgosos del mundo porque se encuentra rodeada por acantilados escarpados y el inmenso mar Caribe. Cada operación aérea en este aeródromo se convierte en una hazaña de precisión y pericia.
Aunque la pista se encuentra en la isla de Saba, en el Caribe, es administrada por Países Bajos debido a que el lugar es un municipio de la nación europea. Esta pista se ganó el título de la más corta del mundo por sus 396 m. De acuerdo al medio Xataka, esta distancia no ofrece las condiciones de seguridad necesarias para un aterrizaje óptimo, ni siquiera para aeronaves pequeñas.
El aeropuerto fue construido en 1988 y reconstruido en 2002. Foto: Saba Airport
Gracias a estas características, el Aeropuerto Juancho E. Yrausquin se ha vuelto en una experiencia turística única dentro de la isla. Saba es una isla de 13 km que contiene más de 1.000 habitantes, por lo que su aeropuerto, que lleva el nombre del ministro arubeño Juancho Irausquin, se convierte en el centro de atracciones de los visitantes que llegan en busca de una experiencia extrema.
Los apenas 396 metros de longitud de la pista no completan ni una fracción de lo que requieren los aviones comerciales más grandes para despegar o aterrizar. Su corta extensión implica que solo aeronaves pequeñas y pilotos con una experiencia y certificación especial pueden operar en ella. Winair (Windward Islands Airways) es la aerolínea que trabaja en este temerario aeropuerto.
El Aeropuerto Juancho E. Yrausquin se construyó en la isla de Saba para proporcionar una conexión vital entre la isla y el resto del mundo, y facilitar el transporte de personas y bienes a esta remota localidad caribeña. Sin embargo, a día de hoy, el lugar se cerró al tráfico aéreo; aunque aún se permite el aterrizaje de aviones regionales de hélice o helicópteros.
Es considerada la pista de aterrizaje más corta del mundo por sus 396 m. Foto: X/@Conradoaviacion.
Con respecto a las instalaciones, el aeropuerto tiene poco más que una terminal, el cual fue construida en 1988 y reconstruido en 2002; además, cuenta con departamento de bomberos y la torre de control, que cumple una función de asesoramiento. El servicio requería de un STOL (Short Take-Off and Landing o avión de despegue y aterrizaje cortos).