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La icónica Ruta 66: ¿cómo es la carretera de casi 4.000 kilómetros que atraviesa Estados Unidos?

Estados Unidos alberga una de las carreteras más emblemáticas del mundo: la Ruta 66. Conocida como la 'Carretera Madre' o Main Street of America, esta histórica vía recorre casi 4.000 kilómetros a lo largo de todo el país.

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La Ruta 66 es un símbolo de la cultura norteamericana que invita a explorar la esencia de Estados Unidos. Foto: composición LR

La Ruta 66, conocida como Main Street of America, es una carretera que simboliza la búsqueda de libertad y aventura. Inaugurada en 1926, esta vía de casi 4.000 kilómetros conecta Chicago, Illinois, con Los Ángeles, California, atraviesa 8 estados y ofrece una ventana única a la diversidad geográfica y cultural de Estados Unidos. Más que una simple carretera, la Ruta 66 es un viaje al corazón de la historia estadounidense, refleja cambios sociales, económicos y culturales a lo largo del siglo XX.

A lo largo de su recorrido, la Ruta 66 ha sido testigo de importantes eventos históricos, desde el Dust Bowl y la Gran Depresión hasta su desuso con la creación de la red de autopistas interestatales en 1985.

Sin embargo, lejos de quedar en el olvido, ha resurgido como un destino turístico por excelencia, atrayendo a viajeros de todo el mundo deseosos de experimentar su mística. Con sus icónicas paradas como el Cadillac Ranch, el Midpoint Café, y vistas impresionantes como el Gran Cañón, la Ruta 66 ofrece una experiencia inolvidable, marcada por la nostalgia, la belleza natural y la rica herencia cultural de Estados Unidos.

La Ruta 66 ha inspirado innumerables obras de arte, música y literatura, reflejando su impacto indeleble en la identidad nacional. Foto: National Geographic

¿Cómo es la carretera de casi 4.000 kilómetros que atraviesa Estados Unidos?

La Ruta 66 no es solo una carretera, es un símbolo de la cultura estadounidense que invita a explorar la esencia de Estados Unidos. A lo largo de su trazado, la ruta ofrece paisajes variados, desde vastas llanuras hasta desiertos y montañas, pasando por pequeñas ciudades que parecen detenidas en el tiempo. Cada estado por el que pasa la ruta —Illinois, Missouri, Kansas, Oklahoma, Texas, Nuevo México, Arizona y California— aporta su propio encanto.

Uno de los aspectos más atractivos de la Ruta 66 es su capacidad para conectar al viajero con la historia viva de Estados Unidos. Desde moteles retro y antiguas gasolineras hasta diners que sirven platos clásicos estadounidenses, la ruta es un testimonio de la era dorada del automóvil en EE. UU. Además, la Ruta 66 ha inspirado innumerables obras de arte, música y literatura, reflejando su impacto indeleble en la identidad nacional.

La planificación del viaje es crucial para aprovechar al máximo la experiencia de la Ruta 66. Se recomienda dedicar al menos dos semanas para recorrerla con calma, permitiendo detenerse en los numerosos puntos de interés y absorber la atmósfera única de cada lugar. También es importante tener en cuenta la estacionalidad, ya que algunas épocas del año pueden ser más propicias para el viaje debido al clima y a la disponibilidad de atracciones.

Atracciones a lo largo del camino

  1. Chicago, la partida
    La aventura comienza en Chicago, donde los viajeros pueden visitar el Art Institute of Chicago, recorrer el Millennium Park y contemplar la majestuosidad del Lago Michigan. Desde aquí, la Ruta 66 se adentra en las vastas llanuras de Illinois.
  2. El corazón de Estados Unidos
    En Missouri, la carretera atraviesa St. Louis, hogar del icónico Gateway Arch. Los amantes de la historia pueden explorar el Museo de la Ruta 66 en Lebanon, mientras que los fanáticos de los automóviles clásicos disfrutarán de la Gasconade Bridge.
  3. El encanto de Oklahoma
    Oklahoma ofrece una mezcla de paisajes, desde las colinas verdes hasta los secos desiertos. En Tulsa, los murales y las tiendas vintage dan vida a la Ruta 66. No te pierdas el Blue Whale of Catoosa, una escultura gigante que se ha convertido en un símbolo de la carretera.
  4. Texas y sus tesoros
    El tramo de Texas es extenso y variado. Desde la vibrante ciudad de Amarillo con su famoso Cadillac Ranch hasta los desolados paisajes del Palo Duro Canyon, cada milla cuenta una historia.
  5. Nuevo México y Arizona
    En Albuquerque, los viajeros pueden explorar la Old Town y degustar auténtica comida mexicana. La Ruta 66 cruza el Petrified Forest National Park en Arizona, donde los árboles fosilizados cuentan millones de años de historia geológica.
  6. California, el destino final
    Finalmente, la Ruta 66 llega a Santa Mónica, donde las palmeras saludan a los viajeros exhaustos. La icónica Santa Monica Pier y las playas doradas son el premio al final del camino.

La Ruta 66 ha sido testigo de importantes eventos históricos, desde el Dust Bowl y la Gran Depresión. Foto: National Geographic

Historia y leyenda de la icónica Ruta 66

La Ruta 66 ofrece una inmersión sin igual. Lugares como el mencionado Cadillac Ranch, con sus icónicos cadillacs enterrados en el desierto de Texas, y el museo de la Ruta 66, ofrecen una perspectiva única sobre la importancia de esta carretera en la evolución del transporte y la sociedad estadounidense. Además, eventos anuales a lo largo de la ruta celebran su legado, reuniendo a entusiastas de los coches clásicos y a viajeros de todo el mundo.

El impacto de la Ruta 66 en la cultura popular es innegable. Ha sido el escenario de numerosas películas, canciones y libros, convirtiéndose en un icono de la libertad, la aventura y el descubrimiento. Este legado cultural añade una capa de significado a la experiencia del viaje, lo que permite a los viajeros sentirse parte de una historia más amplia.

La Ruta 66 ofrece mucho más que un simple recorrido de Chicago a Los Ángeles. Es una aventura que invita a explorar la diversidad de Estados Unidos, su historia y su cultura. Desde paisajes impresionantes y paradas históricas hasta la rica herencia cultural que impregna su recorrido, la Ruta 66 es un viaje que todo aventurero y amante de la historia debería experimentar al menos una vez en la vida.

La Ruta 66, inaugurada en 1926, fue un corredor vital para el comercio y el turismo durante décadas. Su trazado serpenteante atravesaba praderas, desiertos, montañas y pequeños pueblos, conectando a comunidades y forjando la identidad estadounidense. Aunque en 1985 dejó de ser una carretera federal, su legado persiste en la cultura popular y en la imaginación colectiva.