Elena Gisbert es una joven de 32 años que un día decidió ingresar a un sitio de búsquedas de trabajo en España. Encontró un llamativo anuncio: "Catador/a de productos Grefusa". El trabajo no requería experiencia mínima y decidió ser una de los 41.000 postulantes que buscaban tener el empleo.
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La empresa ofrecía un sueldo de 1.000 euros por solo un día de trabajo y para aplicar únicamente debía responder dos preguntas: cuál era su producto favorito de la marca y por qué estaba interesada y debía ser elegida para el cargo.
Finalmente, la joven fue seleccionada e inició a catar los productos durante un día donde recorrió la fábrica y el laboratorio del lugar.
"Este tiene un saborcito a tomate, pero no es algo que permanezca en la boca, es ligero y se va enseguida", manifestó la protagonista de esta historia mientras hacía el testeo, según información de El País. "Voy a ser sincera, eh", agregó.
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A través de sus redes sociales, la empresa hizo el anuncio donde describe que “Si el trabajo de tus sueños es probar los mejores productos de Grefusa, viviendo una gran experiencia y que te paguen por ello, gustazo concedido”. Había más de 38.000 candidatos, que cuando acabó el plazo de inscripción habían ascendido a 41.000. “Tenía cero expectativas”, aseguró Elena Gisbert.