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Chile: reportan enfrentamientos, robos y agresiones durante la romería al Cementerio General

“Su intolerancia y violencia no deben tener cabida en democracia”, señaló el presidente chileno, Gabriel Boric, tras una marcha para conmemorar los 50 años del golpe de Estado de 1973 y homenajear a las víctimas.

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El golpe dio inicio a una dictadura de 17 años que dejó un saldo de más de 40.000 víctimas, entre ellas al menos 3.200 opositores asesinados. Foto: composición LR/Agencia Uno

Miles de personas marcharon en el centro de Santiago de Chile para conmemorar los 50 años del golpe de Estado de 1973 y homenajear a las víctimas de la dictadura militar. La manifestación terminó con disturbios en el Cementerio General y los alrededores del palacio presidencial.

El presidente chileno, Gabriel Boric, se unió a la marcha liderada por la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) y en cuya cabecera también estaba el juez español que estuvo a cargo del procesamiento del general Augusto Pinochet a principios de siglo, Baltasar Garzón.

“Como presidente de la República condeno categóricamente estos hechos sin ningún tipo de matiz. Su intolerancia y violencia no deben tener cabida en democracia y, quienes hayan sido partícipes de estos actos, deberán enfrentar la ley y el Estado de derecho”, indicó el mandatario tras los disturbios.

"El quiebre de la democracia chilena, con sus enormes secuelas de muerte y destrucción, nos sigue marcando hasta hoy (...) Hoy cuando algunos se permiten relativizar aquello que no debió existir, decimos con firmeza: democracia hoy y siempre", subrayó Boric.

Portando cientos de banderas y pancartas, además de fotografías de víctimas, la marcha terminó a los pies del Memorial de los Detenidos Desaparecidos, en el Cementerio General de la capital.

Garzón, quien portaba unas gafas similares a las icónicas que llevaba Allende, pidió "no olvidar lo que ocurrió el 11 de septiembre de 1973, un asalto a la democracia, un golpe de Estado violento que supuso la apertura de un régimen de temor y la negación de los derechos humanos".

El golpe dio inicio a una dictadura de 17 años que dejó un saldo de más de 40.000 víctimas, entre ellas al menos 3.200 opositores asesinados.

En diversos puntos de la capital, especialmente en el cementerio, se registraron disturbios y enfrentamientos entre manifestantes violentos y fuerzas policiales, además de barricadas y varios saqueos en un supermercado del centro.

También hubo disturbios frente a La Moneda y manifestantes lanzaron piedras contra el palacio presidencial, por lo que resultó con algunas ventanas rotas.