A medida que se acercan las Elecciones Generales en España, surgen preguntas sobre el impacto del voto en blanco o nulo en el proceso electoral. Por ello, en esta nota exploraremos el significado de estas opciones y cómo podrían influir en los resultados de los comicios que tendrán lugar este domingo.
Primero, entre el voto en blanco y nulo existen más diferencias que similitudes, pero no hay duda de que ambas simbolizan un descontento hacia la clase política que está presente en las Elecciones. A continuación, te explicaremos en qué consiste cada uno:
A continuación, te dejamos una guía completa, con todos los casos que significarían cualquiera de estas dos opciones:
Infografía que explica el voto válido, en blanco y nulo. Foto: EFE
En España, el sistema utilizado para repartir los escaños en las Elecciones Generales se conoce como la ley d'Hondt. Bajo esta ley, en las elecciones generales los partidos que no obtengan al menos un 3% del apoyo del electorado en la circunscripción quedan excluidos del reparto de escaños, lo que significa que se quedan sin representación parlamentaria para evitar una excesiva fragmentación en la cámara. En las elecciones municipales, este porcentaje mínimo se eleva al 5%.
Entonces, cuando aumenta el número de votos en blanco, estos se suman al cómputo de votos válidos, lo que hace más difícil alcanzar ese mínimo del 3% necesario para obtener representación. Por lo tanto, los votos en blanco pueden influir en el resultado, ya que elevan el umbral que los partidos deben alcanzar para asegurar escaños.
Por otro lado, los votos nulos no son considerados como válidos y tienen un efecto diferente. En lugar de sumarse al cómputo total de votos, los votos nulos reducen la participación efectiva, ya que no se toman en cuenta en el reparto de escaños.
Este domingo, los ciudadanos de España elegirán a los miembros del Senado y del Congreso. Este último es un órgano compuesto por un total de 350 diputados, que se eligen a través del sufragio universal, libre, igual, directo y secreto.
El sistema de asignación de diputados se basa en un enfoque proporcional. Cada provincia cuenta con un número inicial de diputados asignados, y el resto se distribuye de manera proporcional a la población de cada provincia, asegurando una representación equitativa en la cámara baja.
En cuanto al Senado, su composición difiere del Congreso. No tiene un número fijo de senadores, y consta de dos categorías. Por un lado, 208 senadores son elegidos directamente por sufragio universal, mientras que también hay senadores elegidos por las asambleas legislativas de las comunidades autónomas, estableciendo una conexión directa entre el gobierno central y las regiones autónomas.