Por: Carlos E. Cué. El País
El presidente del Gobierno ha decidido adelantar las elecciones generales al 23 de julio ante el riesgo de que un desgaste más largo de su Ejecutivo en los próximos meses, con una derecha envalentonada tras su rotundo éxito electoral, acabe con una mayoría absoluta rotunda del PP y Vox. “He tomado esta decisión a la vista de los resultados de las elecciones autonómicas y municipales. Muchos presidentes y alcaldes socialistas con gestiones impecables se van a ver desplazados, incluso a pesar de ver aumentado su apoyo. Esas instituciones pasarán a ser gobernadas por el PP y Vox. El sentido del voto traslada un mensaje que va más allá. Asumo en primera persona los resultados y creo necesario dar una respuesta y someter nuestro mandato a la voluntad popular. El Gobierno ya ha sacado adelante las grandes reformas comprometidas. Nuestro país se dispone a desempeñar una responsabilidad muy importante como es la presidencia de turno del Consejo de la UE. Todo esto aconseja una clarificación de los españoles sobre las fuerzas políticas que deben liderar esta fase y las políticas a aplicar. Solo hay un método infalible, que es la democracia. Lo mejor es que los españoles tomen la palabra para definir sin demora el rumbo político del país”, ha dicho Sánchez durante una breve comparecencia en las escalinatas de La Moncloa con gesto muy serio.
Sánchez, acostumbrado a las decisiones arriesgadas en toda su carrera, ha optado por la más peligrosa de todas ellas, pero también la única que nadie esperaba en la noche electoral. El presidente pone así a los votantes, en especial a los progresistas, ante la tesitura de tener que decidir casi inmediatamente si quieren consolidar el resultado de las elecciones autonómicas y municipales, que entrega casi todo el poder al PP y Vox, y permitir que eso sea lo que llegue también a La Moncloa, o se movilizan para impedirlo.
Sánchez incluso renuncia así al escaparate que suponía la presidencia española de la UE y llama a los españoles a decidir ya, en pleno arranque del semestre. Las elecciones llegarán en pleno verano y cuando se estén conformando los Gobiernos de PP y Vox, algo que en La Moncloa confían en que movilice a la izquierda.
En 2019, también contra todo pronóstico y cuando llevaba solo unos meses gobernando tras la moción de censura de 2018, Sánchez se lanzó a un adelanto electoral arriesgado en abril, que resultó exitoso. En ese momento hubo una gran movilización de la izquierda española ante la amenaza de que gobernara Vox, que venía de dar la campanada en Andalucía en diciembre del 2018.
Han pasado cuatro años y Vox ya no es una hipótesis, sino una realidad creciente, según los resultados del domingo. Y el PP se ha recuperado mucho desde 2019, cuando obtuvo los peores resultados de su historia tanto en las generales como en las autonómicas. Ahora, el riesgo de que el PP gobierne con Vox no es algo difuso, sino casi una certeza. Por eso, Sánchez se la juega a todo o nada.
Desde el franquismo, España se debate entre el progresismo de izquierda y el conservadurismo de derecha. Foto: AFP
El fuerte revés sufrido este domingo por la izquierda en las elecciones municipales y regionales ha llevado a Sánchez a adelantar los comicios parlamentarios, previstos para diciembre próximo.
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El importante ascenso de la derecha ha hecho que los socialistas pierdan grandes cuotas de poder en Gobiernos regionales y ayuntamientos.
Los conservadores del Partido Popular (PP) han conseguido la mayoría absoluta en Madrid y su región, donde ya gobernaban, y ahora aspiran a desbancar a la coalición de izquierdas entre socialistas y Unidas Podemos del Gobierno de la nación.
El adelanto electoral es una decisión inesperada que ha sorprendido a rivales y aliados.