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Joven que vendía globos se graduó en universidad: "Se burlaron de mí, no hay trabajo vergonzoso"

Eduardo Chamé logró pagar sus estudios con las ganancias de la venta de globos para niños. El joven agradeció a todos los padres que colaboraron con su emprendimiento.

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El joven se dirigió a quienes se burlaban de él y pidió respeto para los trabajos más humildes. Foto: Eduardo Chamé/Facebook

Estudiar una carrera en una universidad es el sueño de millones de jóvenes que terminan la etapa escolar con la ilusión de convertirse en profesionales de la especialidad que más los apasiona. Sin embargo, los niveles de desigualdad y pobreza en muchos países dificultan que las personas accedan a la educación superior y provocan que ellos opten por trabajos menos remunerados.

Pese a esta realidad, Eduardo Chamé, un joven mexicano que se dedica a la venta ambulante de globos para niños, decidió retar a su destino y postular a la Universidad Autónoma de Chiapas, donde logró graduarse como contador.

En el día de su graduación, Eduardo decidió compartir su historia a través de las redes sociales, en las que recibió felicitaciones y la admiración de miles de usuarios que ven en él una inspiración.

"Hoy me siento muy feliz y quiero agradecer a mi familia y a Dios por todas las bendiciones que me ha dado. Él sabe lo mucho que me he esforzado durante años por salir adelante, no lo he tenido nada fácil", inició.

Además, el recién graduado agradeció a los padres de familia que compraban sus globos. Las ganancias las invirtió en sus pasajes, libros, alimentación y otros materiales que necesitaba para sus clases.

"A todos los padres que alguna vez han comprado globitos a sus hijos, gracias a ellos pude pagar mis pasajes, inscripciones, libros, alimentos. Sin saberlo, me estaban ayudando a cumplir mis metas. No todos tenemos las mismas oportunidades. Muchas veces toca trabajar doble, bajo el sol, bajo la lluvia, e ir a estudiar cansado, desvelado y cuestionando si realmente valdrá la pena tanto esfuerzo", prosiguió.

Por otro lado, Chamé se dirigió a quienes se reían de su trabajo y aseguró que nunca se avergonzó de lo que hacía para costear sus estudios. "A quienes se burlaron de mí, no hay trabajo vergonzoso. Cuando se quiere salir adelante, uno debe trabajar en lo que sea. Los vendedores ambulantes somos personas que también tenemos sueños", afirmó.