De día era un divertido payaso llamado ‘Pogo’, un exitoso empresario y un vecino ejemplar, pero de noche John Wayne Gacy escondía un macabro secreto. Era un despiadado asesino en serie que abusó y acabó con la vida de 33 jóvenes en EE. UU.
La ola de crímenes que comenzó en 1972 acabó seis años después con el hallazgo por parte de la Policía de 33 cadáveres en estado de descomposición, los cuales fueron enterrados por el asesino en el sótano de su casa.
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Aunque han pasado cerca de 50 años desde entonces, hoy el caso de Gacy continúa siendo estudiado por expertos en criminalística y retratado en documentales por la conmoción que causaron sus crímenes en aquella época.
De hecho, hace apenas un año fue identificada otra víctima que hasta entonces se desconocía. Bajo la imagen de un simpático sujeto de 30 años, que se disfrazaba de payaso, asesinaba a sus víctimas: varones entre los 14 y 21 años.
John Wayne Gacy fue el segundo de tres hijos de un matrimonio que vivió en los suburbios de Chicago, en Estados Unidos. Desde muy pequeño sufrió de sobrepeso. Aquello lo convirtió en blanco de críticas y burlas de sus compañeros.
Además, la relación con su padre no fue la mejor. De niño, Gacy sufrió golpes e insultos cada vez que su progenitor se emborrachaba.
Cuando tenía 9 años, un amigo de sus padres abusó sexualmente de él. Aquel episodio lo marcó para toda su vida. Se alejó de sus compañeros y abandonó los estudios.
John Wayne Gacy fue el segundo de 3 hijos de un matrimonio que vivió en los suburbios de Chicago, en Estados Unidos. Foto: History Channel
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En su juventud, Gacy quiso dedicarse a la política y se ofreció para ser candidato del Partido Demócrata. Sin embargo, esa noticia no le agradó a su padre, un hombre conservador y republicano. Esto ocasionó que John decida alejarse de su familia.
Con solo 20 años, el hombre se mudó a Las Vegas, donde trabajó en una funeraria y aprendió a embalsamar cuerpos. Años después, Gacy confesó en una entrevista que se había sentido atraído por cadáveres de hombres jóvenes y que se recostó sobre sus ataúdes para acariciarlos.
Luego se puso a estudiar Negocios en Illinois, donde se casó con Marlynn Myers, con quien tuvo dos hijos.
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Gacy se puso al mando de una franquicia de locales de comida rápida por orden de su suegro. Además, se convirtió en uno de los miembros más influyentes de la organización United States Junior Chamber.
Una entidad que con el tiempo comenzó a estar asociada con drogas, prostitución y pornografía. Desde su posición tan influyente, John solía invitar a menores de edad a su casa, donde los chantajeaba para tener relaciones sexuales.
Una de las víctimas lo denunció ante la Policía, lo que desató una serie de acusaciones en su contra. En 1968, Gacy fue condenado por abuso sexual de menores, pero terminó libre a los 16 meses por buena conducta.
Ante estas graves denuncias, su esposa se divorció de él, pero Gacy no tardó mucho en rehacer su vida con una mujer llamada Carole Hoff. Asimismo, se volvió dueño de una empresa de construcción.
En 1968, Gacy fue condenado por abuso sexual de menores, pero su sentencia duró apenas 16 años, ya que fue liberado por buena conducta. Foto: Wikimedia Commons
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Para mantener la apariencia de ser un vecino ejemplar en su comunidad, Gacy creó a ‘Pogo’, un payaso al que personificó y maquilló con un peculiar estilo. Esa fue su fachada perfecta para acercarse a los niños.
En 1976, su esposa, Hoff, se divorció de él tras enterarse de su bisexualidad. Ella también encontró pornografía gay entre sus pertenencias y estaba al tanto de que su esposo pasaba horas encerrado con hombres jóvenes en su garaje.
Ella se fue de casa y se llevó a sus dos hijas, pero nunca sospechó que aquellos adolescentes eran brutalmente asesinados por su esposo.
De día era un divertido payaso llamado ‘Pogo’, un exitoso empresario y un vecino ejemplar, pero de noche John Wayne Gacy era un despiadado asesino. Foto: History Channel
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La primera víctima de ‘Pogo’ se llamaba Timothy McCoy, un adolescente de 15 años al que convenció de que se quedara a dormir en su casa. A la mañana siguiente, lo mató tras creer que lo iba a atacar con un cuchillo, pero en realidad el adolescente solo preparaba el desayuno de ambos.
Su modo de operar era siempre el mismo: les ofrecía drogas, pornografía o trabajos con tentadoras pagas. Después de McCoy siguieron más jóvenes que cayeron en su trampa mortal.
En total, John Wayne Gacy fue el asesino de al menos 33 jóvenes. Estas víctimas tenían entre 14 y 18 años. Tanta fue la cantidad de cadáveres encontrados que solo ocho pudieron ser identificados. Incluso algunos de ellos lograron ser reconocidos 40 años después de su muerte, reportó The New York Times.
John Wayne Gacy fue responsable de al menos 33 muertes en Estados Unidos. Foto: History Channel
En 1978, los crímenes de ‘Pogo’ llegaron a su fin tras la desaparición de Robert Piest, un adolescente de 15 años que fue visto por última vez con Gacy por una entrevista de trabajo.
La denuncia sobre la desaparición de Gacy llevó a la Policía a la casa de John, quien fue la última persona que tuvo contacto con él. En su vivienda, los efectivos hallaron evidencia de más adolescentes perdidos y se inició una serie de escalofriantes descubrimientos.
El 12 de marzo de 1980, John Wayne fue condenado a pena capital y pasó 14 años en el corredor de la muerte. Durante todo ese tiempo, el asesino pintaba y decoraba cuadros con imágenes de payasos. Fue ejecutado en mayo de 1994 con una inyección letal.
Sus últimas palabras fueron las siguientes: “Matarme no hará regresar a ninguna de las víctimas”, “¡El Estado me está asesinando!”, “¡Bésame el culo!”, “¡Nunca sabrán dónde están los otros!”.
Set de arte y pintura hecha por John Wayne Gacy. Foto: Wikimedia Commons