La pareja presidencial que maneja a su antojo el poder en Nicaragua, conformada por Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, fue reelecta luego de encarcelar a toda la competencia en plena campaña electoral. Hoy en día mantienen su campaña de persecución política, social y religiosa, avalada por la Policía Nacional, que ha generado centenares de detenciones.
Las activistas denuncian las muertes de varios detenidos y piden a los representantes de la OEA y al Perú el apoyo para llevar a cabo elecciones justas y democráticas en la nación centroamericana.
¿Cuáles son las restricciones que sufren los ciudadanos nicaragüenses?
Wendy Flores: En Nicaragua, en la actualidad, no se pueden realizar manifestaciones porque están prohibidas. Los nicaragüenses si salen del país no pueden regresar porque se les impide el retorno. Y otros no pueden salir ni de sus casas por la permanente vigilancia policial. También hay presos políticos.
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Daniel Ortega no es nuevo al mando de Nicaragua, pero ¿cuándo se agudiza este estado de convulsión?
Ana Quirós: La situación aumenta a partir de abril del 2018, cuando la población se levanta, ya cansada de tanta represión y arbitrariedad, y el régimen responde asesinando a más de 325 ciudadanos, principalmente jóvenes estudiantes. Además, toma preso a centenares de personas y hiere a más de 2.000 ciudadanos y ciudadanas. Posteriormente, termina prohibiendo el derecho a manifestarse en octubre del año en mención y desde entonces muchos hemos sido forzados a salir del país. A más de 2.200 organizaciones sociales se les ha cancelado su personería jurídica y su posibilidad de actuar. Hoy en día hay, al menos, 215 presos políticos que están en las mazmorras del sandinismo (corriente política nicaragüense). De estos, 22 son mujeres, incluidas varias de la tercera edad, y 193 son hombres. Están apresados sin ningún derecho ni siquiera a la defensa; entonces esta es una de nuestras grandes preocupaciones porque ya han muerto compañeros y compañeras en la cárcel.
¿Estamos hablando del copamiento del sistema de Justicia como operador del régimen para que, precisamente, se logre una condena a las personas que se oponen a Daniel Ortega?
Wendy Flores: Sí, efectivamente, el Poder Judicial ha sido un instrumento de la represión para criminalizar a la disidencia política, a los activistas, defensores y defensoras de derechos humanos, que han sido procesados por leyes aprobadas por la Asamblea Nacional desde finales del año pasado, como la ley de ciberdelitos, traición a la patria o atentar contra la soberanía. También han sido acusados y condenados por terrorismo. Esto tiene que ver con la participación de las personas, ahora presos políticos, en protestas sociales en demanda de libertad, justicia y democracia. Les ha costado su libertad y, hoy en día, su vida corre peligro. Cada día que están detenidos en el sistema carcelario de nuestro país están sufriendo torturas, malos tratos. Por ejemplo, a las personas que sufren alguna enfermedad se les impide recibir el tratamiento médico y uno de ellos, Hugo Torres, murió a inicios de este año. Les dejan limitados alimentos de forma tal que, en algunos casos, han perdido hasta 60 libras (27 kilos) de peso.
¿No hay una oposición?
Wendy Flores: No hay un sistema de peso y contrapeso que puedan limitar los abusos del Poder Ejecutivo en este caso. No existen los principios básicos de protección de los derechos de las personas procesadas. No se están cumpliendo con las medidas cautelares que emite la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
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No se vio una participación mayoritaria en la asunción del poder en estas últimas elecciones presidenciales.
Ana Quirós: Realmente ese proceso empezó viciado porque siete candidatos presidenciales fueron restringidos con la cárcel y siguen detenidos. Evidentemente, ese proceso con ese inicio no va a tener un buen fin. Y la inmensa mayoría de la población no reconoció el proceso como válido y, por lo tanto, le cerró la puerta al régimen, le cerró la puerta a la participación y se abstuvo de ser parte del fraude. Han cerrado al menos 43 medios de comunicación, muchos han sido expropiados y el Gobierno se ha adueñado de los medios. Hay al menos 10 sacerdotes encarcelados, incluido un obispo del país. No se puede (hablar) ni siquiera desde un púlpito ni desde ningún lado.
¿Fue una respuesta política esta abstención de la población en el proceso electoral?
Wendy Flores: Frente a un estado policíaco, cierre de espacios políticos, cancelaciones de personería jurídica de partidos políticos, apresamiento de candidatos presidenciales, represión generalizada y detenciones arbitrarias, realmente la respuesta que ha tenido el pueblo de Nicaragua, aún a pesar de su propio derecho, es abstenerse de participar. Es cerrar las puertas. El control que tiene este Gobierno ha llegado a niveles en los que se les obliga a tomarse una foto en la urna con su boleta que muestra que han votado para quienes trabajan en el Estado. Ahora estamos viendo cómo la gente está saliendo masivamente de Nicaragua. Somos más de 300.000 nicaragüenses que hemos salido del país, precisamente por estos niveles de represión y de hostilidad que cada vez son mayores.
¿A qué se debe su presencia en el Perú?
Ana Quirós: Hemos venido a participar en la Asamblea (de la Organización de Estados Americanos), en primer lugar, para pedir que se demande la liberación de los presos políticos por cuyas vidas tememos cada día. En segundo lugar, porque pedimos que nos respalden en la demanda de elecciones libres, transparentes y supervisadas internacionalmente. Y que la comunidad internacional le cierre la puerta a la corrupción, a los fraudes y a la dictadura, que ha entronizado Daniel Ortega. A eso hemos venido, a pedirles a los países y a la OEA que nos acompañen en nuestras demandas.
¿Van ustedes a tener una intervención determinada en la agenda de la Asamblea de la OEA mientras se desarrollan las actividades en Perú?
Ana Quirós: Nosotros estamos teniendo diálogos con las autoridades y los representantes ante la Asamblea General de la OEA. Hemos enviado documentación a estos representantes y estamos dialogando, de manera directa, con la mayoría de ellos.
¿Un mensaje final que quisieran enviar a su pueblo?
Wendy Flores: En Nicaragua seguimos resistiendo, quienes están dentro del país, a la dictadura feroz que se vive en este momento; pero también quienes estamos en el exilio seguimos siendo las voces de estas víctimas y de esta Nicaragua que cada vez más está adolorida. Pedimos al pueblo peruano que, por favor, se sume a nuestras demandas.