El papa Francisco aprobó la nueva Constitución de la Orden de Malta, una de las más antiguas instituciones católicas, y cesó a todos sus altos cargos, en una dura decisión para poner orden ante los problemas de los últimos años en este organismo. Convocó, en ese sentido, para enero del próximo año, un nuevo Capítulo General Extraordinario para elegir a la nueva cúpula con las nuevas reglas.
“Se han dado muchos pasos, pero también ha habido impedimentos y dificultades encontrados en el camino. Tras escuchar y dialogar con varios representantes de la Orden, ha llegado el momento de completar el proceso de renovación iniciado, en fidelidad al carisma original. Para salvaguardar la unidad y el bien mayor de la Soberana Orden Militar Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta”, escribió el papa en un documento que fue publicado el sábado 3 de setiembre.
Por ello, el papa indicó que el delegado especial, el cardenal Silvano Maria Tomasi, a quien nombró hace unos años como interventor de la Orden de Malta, se encargará de la preparación del Capítulo General Extraordinario, que se iniciará el 25 de enero de 2023.
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La Orden de Malta, cuyo origen se remonta al año 1048, época de las Cruzadas, y formada por laicos de familias nobles que actualmente se dedican a labores humanitarias, lleva a cabo desde 2017, cuando estalló una enorme polémica y fractura entre sus miembros, un proceso de reforma. Las divergencias entre sus miembros continúan aún ahora con una parte que se resiste a la nueva Constitución al considerar que quitará soberanía a la institución.
Aunque no se conocen los detalles de la nueva Constitución, según algunos medios, extendería la competencia del papa a toda la Orden, y no solo a la parte “religiosa, es decir, a la de los Caballeros de primera clase”, formada por los llamados caballeros de justicia, obligados a los votos de pobreza, castidad y obediencia. Por otro lado, la segunda clase es la de la obediencia, laicos obligados a una vida de perfección cristiana, y finalmente, la tercera clase, compuesta por miembros laicos que no emiten votos ni promesas religiosas.
La Orden de Malta tiene, además, estatus único en el derecho internacional, con capacidad para mantener relaciones diplomáticas plenas con las naciones. Actualmente, mantiene relaciones con más de un centenar de país, así como un asiento como observador permanente en las Naciones Unidas.