En “La entrevista”, Paola Ugaz conversó con Juan Diego Quesada, corresponsal del diario El País para la región andina, quien hizo un profundo análisis sobre las claves que permitieron a Gustavo Petro derrotar a Rodolfo Hernández en la segunda vuelta de las elecciones de Colombia 2022 y, en consecuencia, convertirse en el primer presidente de izquierda en la historia colombiana.
- ¿Cómo ha sido cubrir una elección tan difícil en un país tan complejo como lo es Colombia?
Ha sido una campaña agotadora porque cada día teníamos una novedad. Cuando no había un exabrupto de un candidato, había un video que revelaba algo, ocurría algo extraordinario, una sentencia judicial; así hemos estado día tras días hasta el domingo de la elección. Llegaron tan empatados que creó una sensación de urgencia. Todo aquel que cubría la elección o estaba en el análisis político estaba esperando a las 6.00 a. m. los sondeos para ver cuál era la situación en el momento real. Vivimos unas tres semanas trepidantes, que fueron las de la segunda vuelta, donde Petro, al ganar con un 40%, se queda con un resultado que para la izquierda no es suficiente. Él esperaba tener un 45% en primera y solo necesitar un 5% en la segunda para asegurar la victoria.
Pero resultaba que la unión de las dos derechas, de Rodolfo Hernández y Fico Gutiérrez, que era el tercero y había quedado fuera (de competencia), sumaban más que Petro. Por eso, las siguientes tres semanas fueron tremendas. Los dos empatados hasta la recta final que es cuando Petro logra adelantarse un poquito con tres o cuatro puntos. Incluso el mismo día de las elecciones, en el petrismo existía un optimismo moderado, siempre con miedo, porque la izquierda nunca había gobernado este país.
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- ¿Cuáles fueron las claves para la victoria de Gustavo Petro?
Hay una clave muy curiosa y era dejar de ser Petro. Él es una persona que tiene el sentido muy elevado de sí mismo, compite por ser un estadista y no solo gobernante. Se refleja en los grandes de la historia colombiana reciente como Santos o Uribe. En las últimas tres semanas, su principal estratega lo convenció de que debía apartarse un poco y dejar los focos a Rodolfo Hernández, eso para él fue muy difícil. Petro quería ganar por aclamación, por gustar y ser mejor.
Dado que el rival era un señor de 77 años, empresario de la construcción, que tendía a ser machista, xenófobo, homófobo y perdía los nervios con facilidad, la idea era poner a Rodolfo Hernández en el foco. Era elegir a Petro con todos sus defectos o elegir a un señor que podría ser un problema con la democracia.
Las elecciones fueron limpias. No ha habido ningún fraude, no ha habido violencia y todo se ha desarrollado con normalidad en una democracia estable.
- ¿Cuán simbólico es el triunfo de Francia Márquez? ¿Cuán importante fue para el triunfo de Petro tener a una abogada, afrodescendiente, que habla de los derechos de las mujeres y LGTBQ en la fórmula presidencial?
Fundamental. Hubo una gran discusión. Cuando se hicieron las primeras, Petro quedó como la cabeza de la izquierda y Francia Márquez como la segunda. Durante semanas, Petro estuvo pensando si debería elegir a Francia Márquez o no, y es que había dos corrientes. Los que creían que el voto Márquez no le sumaba nada a Petro y los que pensaban que sí la necesitaba. Los que decían que “no” tenían el argumento de que Petro necesitaba a alguien más de centro, y sonaron varios nombres de políticas que son de centroizquierda o centroderecha; pero al final se impuso la opción de Francia Márquez.
Lo curioso es que, en la primera vuelta, Rodolfo Hernández fue más votado por las mujeres que Petro; pero, en la segunda vuelta, cuando todos los focos se pusieron en Hernández y dijo que “las mujeres no estaban hechas para gobernar”, se logró revertir esa situación.
- ¿Cuál es la principal tarea que tiene que hacer Gustavo Petro en sus primeros 100 días?
Le urge nombrar a un gabinete económico. Hay un señor muy prestigioso, un economista que se llama José Antonio Ocampo, que parece ser el que estará al mando. Es alguien muy respetado entre las élites económicas del país y va a dar tranquilidad a los empresarios, dar esa señal de estabilidad, alejar cualquier miedo de que Colombia se va a convertir en un Gobierno castrochavista, que lo cree un gran porcentaje de la población. Tiene que atraer a demócratas reconocidos y no extremistas.
- ¿Qué diferencias ves entre Pedro Castillo y Gustavo Petro? ¿Por qué no se puede decir que es un Gobierno de izquierda a lo que está pasando en el Perú?
Hay diferencias abismales. Gustavo Petro es un hombre muy formado, inteligente, y lo han reconocido sus propios enemigos, con una experiencia institucional en la política colombiana de los últimos 20 o 30 años.
No como Castillo, que pasó de sindicalismo al Gobierno sin estación intermedia. Petro es capaz de aglutinar a un porcentaje de la población gigantesco, y creo que Castillo no. Los peruanos fueron a votar en contra de Keiko Fujimori y a favor de esta novedad que era Castillo, un cambio, una ruptura, pero con el tiempo se ha visto que no tenía la altura para gobernar a un país como el Perú.