Fernando Alberto Falsetti, de 56 años, era solo un vendedor de diarios en la localidad de Vicente López hasta que, durante mayo y septiembre del 2021, decidió buscar nuevas fuentes de ingreso. Es así que el bonaerense descifró una fórmula que le permitía acceder a los números de la tarjeta, su vencimiento y número de seguridad, llegando a robar más de un millón de pesos argentinos (8.374 dólares). Todos sus apuntes y descubrimientos, fueron anotados en un cuaderno anillado de 32 hojas.
Según explicaron fuentes del caso a Infobae, varios titulares de tarjetas desconocieron diversas operaciones que habían sido realizadas desde sus cuentas bancarias. En consecuencia, desde el Área de Control de Fraudes de la Policía, iniciaron una investigación.
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Inicialmente, se creyó que detrás de todo podía estar una organización criminal, por lo complejo que resultaría comprar tantas tarjetas en el mercado negro, e incluso se llegó a teorizar sobre un posible trabajo interno, un empleado del banco que colaboraría con los criminales. Nada más alejado de la realidad.
De acuerdo con el hallazgo de los investigadores policiales de Vicente López, Falsetti fue capaz de identificar el algoritmo que los bancos usan para determinar qué números de seguridad son asignados a las tarjetas de crédito, en función a sus últimos cuatro dígitos.
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El Área de Control de Fraudes determinó que Falsetti realizó, al menos, 169 operaciones de compra, entre el 12 de mayo y el 27 de septiembre del 2021. Luego, revendía los servicios a terceros, para obtener incluso más ganancias.
Los investigadores analizaron la información de pago, llevaron a cabo un seguimiento a los teléfonos de los involucrados y rastrearon las direcciones IP verificadas para el uso de los mismos. Todos los caminos conducían al domicilio de Falsetti, quien fue capturado recientemente.
“Esperábamos encontrarnos con un hacker parte de una banda sofisticada”, dijo una fuente, quien confesó que les sorprendió descubrir que Falsetti era en realidad un ciudadano de bajo perfil, comerciante y “un delincuente de guante blanco de la vieja escuela”.
Durante el procedimiento, se descubrió que el imputado tenía un cuaderno anillado de 32 hojas en el que se verifican sus métodos para estafar. Pese al delito y el pedido del fiscal de Vicente López, el juez solicitó su libertad.