El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, advirtió este sábado que solo los medios diplomáticos, y no la vía militar, podrían poner fin a la guerra que desató la invasión de Rusia, cuyas fuerzas continúan su ofensiva en el este de Ucrania.
El final del conflicto “será diplomático”. La guerra “será sangrienta, habrá combates, pero terminará definitivamente a través de la diplomacia”, dijo en una entrevista con un canal de televisión ucraniano.
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“Las discusiones entre Ucrania y Rusia definitivamente tendrán lugar. No sé bajo qué formato: con intermediarios, sin ellos, en un círculo ampliado o a nivel presidencial”, declaró.
En tanto, desde Moscú, el ministerio ruso de Defensa afirmó haber destruido un gran cargamento de armas suministradas por los países occidentales a las tropas ucranianas en la región oriental del Donbás.
“Misiles calibre de largo alcance lanzados desde el mar destruyeron un gran cargamento de armas y equipos militares suministrados por Estados Unidos y países europeos cerca de la estación de tren de Malin, en la región de Yitomir”, detalló el ministerio.
Además del apoyo militar, Ucrania cuenta con un fuerte respaldo financiero de Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
Este sábado, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó un proyecto de ley de 40.000 millones de dólares destinado a garantizar el suministro de armas y apoyo económico para Ucrania.
Por su parte, el G7, que agrupa a los países más industrializados, prometió 19.800 millones de dólares.
Después de que los países occidentales impusieron una serie de sanciones a Rusia, el Kremlin advirtió que se les cortaría el suministro de gas a menos que lo pagasen en rublos.
Tras cumplir su amenaza en Polonia y Bulgaria, Moscú hizo lo mismo este sábado por la mañana con Finlandia, indicó la empresa estatal del país nórdico Gasum.
“Las entregas de gas a Finlandia (...) han sido cortadas”, dijo Gasum en un comunicado, señalando que a partir de ahora el abastecimiento se realizará por el gasoducto Balticconnector desde Estonia.
El anuncio se produce dos días después de que Finlandia y Suecia, dos países históricamente no alineados militarmente, solicitaran ingresar a la OTAN, ante los temores regionales provocados por la invasión rusa de Ucrania.
Embajadores de Finlandia y Suecia en la sede de la alianza en Bruselas. Foto: Europa Press
Rusia mantiene su acoso en el este de Ucrania tras declarar el viernes la “liberación total” de la ciudad de Mariúpol (sureste) con la rendición de los últimos defensores atrincherados desde hace semanas en la acería Azovstal.
Tras resistir en precarias condiciones en el laberinto de túneles de esta fábrica, el medio millar de combatientes ucranianos que quedaban allí se rindieron el viernes, anunció el Ministerio de Defensa ruso.
Desde el lunes, un total de 2.439 combatientes se rindieron ante las tropas de Moscú, terminando con el último reducto de resistencia de esta ciudad portuaria del mar de Azov, devastada por meses de bombardeos.
El ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu, comunicó al presidente Vladimir Putin “el fin de la operación y la liberación total del complejo [de Azovstal] y de la ciudad de Mariúpol”, dijo un portavoz.
Las autoridades ucranianas, que habían ordenado a sus soldados deponer las armas para “salvar” la vida, confían en un intercambio de prisioneros con soldados rusos, aunque las autoridades rebeldes de la región amenazan con juzgarlos.
“Serán traídos de vuelta a casa”, prometió Zelenski en una entrevista con una televisión ucraniana, durante la cual afirmó que 700.000 combatientes ucranianos luchan contra las tropas rusas.
El portavoz del Pentágono estadounidense, John Kirby, reclamó que “todos los prisioneros de guerra sean tratados de acuerdo con la Convención de Ginebra y el derecho de la guerra”.
La toma de Mariúpol constituía un objetivo clave en la estrategia de Moscú de conquistar el este y el sur de Ucrania.
En la región oriental del Donbás, una cuenca minera controlada parcialmente desde 2014 por separatistas respaldados al Kremlin, numerosas ciudades llevan semanas acosadas por bombardeos rusos.
De acuerdo con el ministro ruso de Defensa, sus tropas están “cerca de completar” la liberación de Lugansk, una de las dos regiones junto con Donetsk que conforman esta cuenca minera.
Tres personas murieron el viernes y cinco resultaron heridas el sábado en la región de Donetsk, según anunció su gobernador Pavlo Kyrylenko en Telegram.
Más al oeste, en la región de Járkov, donde Ucrania asegura estar recuperando terreno, las autoridades informaron de ocho heridos, incluido un niño, por misiles lanzados contra un centro cultural en la ciudad de Lozova.
El gobernador de la región nororiental de Járkov, Oleg Sinegubov, aseguró que varios pueblos habían sido objeto de ataques de artillería en las últimas 24 horas, que causaron un muerto y 20 heridos.