Tegucigalpa. EFE
La extradición del expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández a EE.UU. le deja un mensaje a la justicia de su país y a la región, que durante años ha sido salpicada por denuncias de corrupción de jueces y magistrados.
Hernández, de 53 años y mandatario entre 2014 y 2022, fue entregado a oficiales de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, en inglés), que se lo llevaron hacia Nueva York en un avión bimotor, después de que fue capturado el 15 de febrero en su residencia, en Tegucigalpa.
El exgobernante permanecía recluido en una unidad especial de la Policía Nacional desde el 15 de febrero, un día después de que Estados Unidos le solicitó al Gobierno de Honduras su detención provisional con fines de extradición.
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Desde que salió fuertemente custodiado de la sede de la unidad especial de la Policía Nacional, Hernández se mostró muy tranquilo y saludando al enjambre de cámaras que esperaban su traslado, en helicóptero, a la Base Aérea Hernán Acosta Mejía, donde también hizo lo mismo cuando se encaminaba a subirse al avión.
El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, es escoltado hacia un avión de la DEA, durante su extraditación a Estados Unidos. Foto: AFP
Su semblante, con una mascarilla cubriéndole parte del rostro por la pandemia de la COVID-19, no denotaba la imagen de un hombre preocupado o deprimido por el juicio que le espera en Nueva York, donde en marzo del 2021 un hermano menor suyo, Juan Antonio “Tony” Hernández, fue condenado a cadena perpetua más 30 años de prisión, por narcotráfico.
En los últimos cinco años, Hernández reiteró ser inocente de las acusaciones que le hicieron narcotraficantes hondureños que enfrentan juicios en EE.UU., incluso de autoridades de ese país. Antes de ser extraditado, el exgobernante reafirmó que “es inocente” de los cargos que le imputa Estados Unidos.
El primer cargo contra Hernández es “conspiración para importar una sustancia controlada” a ese país, con el “conocimiento de que dicha sustancia sería importada ilegalmente” a territorio estadounidense, “a aguas a una distancia de 12 millas de la costa de los Estados Unidos”.
El segundo cargo es por “usar o portar armas de fuego, o ayudar e instigar al uso, el poder y la posesión” de “ametralladoras y dispositivos destructivos”.
El cargo tres se refiere a una “conspiración para usar o portar armas de fuego, incluyendo ametralladoras y dispositivos destructivos, durante y en relación con, o poseer armas de fuego, incluyendo ametralladoras y dispositivos destructivos, en apoyo de la conspiración de importación de narcóticos”, según la acusación.
Hernández es el primer expresidente de Honduras en ser extraditado a Estados Unidos por narcotráfico.
Durante los ocho años que ejerció el poder, Hernández fue acusado por diversos sectores -principalmente de la oposición política- de narcotraficante, corrupto y haber hecho fraude para llegar al poder en dos elecciones generales sucesivas.
Medio millón de kilos. En total, desde aproximadamente el 2004, la conspiración transportó más de aproximadamente 500.000 kilogramos de cocaína a través de Honduras con destino a los Estados Unidos.