Más de dos años después de la muerte de Jeffrey Epstein, el juicio a Ghislaine Maxwell, acusada de reclutar a menores de edad para satisfacción sexual del difunto financiero, se inició este lunes 29 de noviembre en Manhattan en medio de una gran expectación.
Vestida con un suéter beige, pantalones negros y mascarilla blanca, Maxwell, de 59 años, se enfrenta a 80 años de cárcel si el jurado la encuentra culpable de los seis cargos que se le imputan; entre ellos, el de tráfico sexual de menores.
La fiscal Lara Pomerantz dijo en la apertura del juicio que la acusada, “la mejor amiga y mano derecha” del multimillonario Epstein, “era peligrosa”, pues “preparaba a las jóvenes para ser abusadas por un depredador”.
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El primer testigo de la Fiscalía en el juicio fue Larry Visoski, el piloto del avión de Jeffrey Epstein, para el que trabajó 30 años, quien contó que había trasladado en la misma aeronave a celebridades como Donald Trump, Bill Clinton y el príncipe Andrés.
Visoski aseguró que cuando había personas importantes a bordo le pedían que se “asegurara de que todo estaba bien”. Además de Clinton, el príncipe Andrés y Trump, Visoski dijo que también recuerda haber trasladado al actor Kevin Spacey.
No obstante, el piloto aseguró que nunca vio actividad sexual en los aviones, aunque la puerta de la cabina siempre estaba cerrada durante el vuelo.
El piloto, que trabajó para Epstein desde 1991 a 2019, también declaró que consideraba a Maxwell como la “número dos” de Epstein, que a menudo llamaba para programar los vuelos.
Conocido como el ‘Lolita express’, el avión fue considerado como uno de los más lujosos en su categoría y utilizado incontables ocasiones por Epstein para trasladar a las menores de edad víctimas de los abusos sexuales a sus residencias de Nueva York, México, París, las Islas Vírgenes y la mansión frente al mar que el multimillonario pedófilo poseía en Palm Beach.
Con información de AFP.