Este martes 19 de octubre, Corea del Norte lanzó a modo de prueba un misil balístico para submarino (SLBM) de corto alcance, lo que recalca su intención de seguir exhibiendo nuevas capacidades militares a la espera de un posible reinicio de las conversaciones sobre desnuclearización.
Según un comunicado del Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano, Seúl “detectó un misil balístico de corto alcance desconocido, que se cree que es un SLBM, lanzado en aguas al este de Sinpo, provincia de Hamgyong del Sur, al mar del Este (nombre que recibe el mar de Japón en las dos Coreas)”.
Una fuente consultada por la agencia Yonhap aseguró que el misil voló entre 430 y 450 kilómetros y alcanzó una altura máxima de 60 kilómetros, lo que corresponde a las características de un proyectil de corto rango.
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De cualquier forma el ensayo viola las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU promulgadas contra Corea del Norte.
Sinpo (costa nororiental) es donde se sitúa el centro de desarrollo de sumergibles norcoreano, del que han salido sus submarinos de mayor envergadura (los expertos los han bautizado precisamente “clase Sinpo”) y donde supuestamente el régimen diseña su primer batiscafo de propulsión nuclear.
Es también el lugar desde el que ha probado sus SLBM de la clase Pukguksong (Estrella polar), que emplean combustible sólido.
Se desconoce de momento si el ejército norcoreano disparó este nuevo misil desde un submarino o desde una plataforma sumergida, normalmente el paso previo en el proceso de prueba de un SLBM.
El Consejo de Seguridad Nacional surcoreano expresó tras el lanzamiento su “profunda decepción por el gesto” e instó al Norte a retornar al diálogo. El gesto de Pionyang parece indicar que sigue dispuesto a mostrar músculo militar al compás de Seúl mientras la diplomacia no retome el vuelo.
Esto, sumado a lo dicho en los últimos discursos del líder Kim Jong-un, que ha defendido que su escalada es para defenderse y no tiene ningún país concreto como objetivo, enfatiza también su afán por lograr que la comunidad internacional contemple sus pruebas bajo el mismo prisma con el que evalúa las de Seúl o Washington.
De este modo, el Norte estaría tratando de poner sobre la mesa buena parte del nuevo inventario militar enunciado por Kim el pasado enero, durante el último congreso del partido único, antes de la llegada del crudo invierno norcoreano y de cara a un posible reinicio del diálogo ante las repetidas ofertas de Washington.