Las autoridades sanitarias de China decidieron confinar a los cinco millones de habitantes de la ciudad de Xiamen, una de las más pobladas de la provincia suroriental de Fujian por un nuevo rebrote de la COVID-19 entre escolares. Los nuevos casos de contagios sumaron 60 nuevos positivos este último lunes 13 de setiembre.
Asimismo, la Comisión Nacional de Sanidad de China comunicó este martes 14 de setiembre que de los 60 nuevos contagios diagnosticados, 32 se localizaron en la localidad de Xiamen. Además, los análisis preliminares realizados por las autoridades señalan la presencia de la variante Delta en los nuevos casos.
Por otro lado, se sospecha que el paciente cero es un hombre que había vuelto de Singapur y desarrolló los síntomas luego de resultar negativo de coronavirus y cumplir una cuarentena de 14 días. Su hijo de 12 años y un compañero de clase fueron los siguientes en contagiarse precisamente después de la reapertura del curso escolar. El virus se expandió entre otras clases e infectó a más de 36 niños y ocho de ellos en edad preescolar, explicaron las autoridades de la ciudad.
El diario The Paper difundió el aviso de la suspensión de los servicios de autobuses de larga distancia como parte de una serie de protocolos sanitarios que incluyen la vuelta a las clases online para los estudiantes desde preescolar hasta la universidad y el cierre de todos los lugares recreacionales.
Todos los complejos residenciales de Xiamen estarán en “circuito cerrado”, lo que impedirá a los residentes abandonar sus casas y solo se dejará ingresar al aeropuerto de la ciudad a aquellos viajeros que presenten un resultado negativo de análisis de ácido nucleico realizado con 48 horas de anticipación como máximo, detallaron los medios locales.
En ese sentido, las ciudades de Putian y Quanzhou, también ubicadas en la provincia de Fujian, han registrado casos positivos como parte de este mismo rebrote. En el caso de Putian, los contagios se localizan en una escuela y una fábrica de calzado. Además, hoy se comenzará las pruebas de COVID-19 a sus aproximadamente 2 millones de habitantes.
Actualmente, China tiene una estrategia de tolerancia cero frente al coronavirus, lo que implica estrictos controles de entrada al país con cuarentenas de hasta tres semanas y la realización de pruebas masivas en los lugares donde se detectan los nuevos brotes.