El Gobierno de Estados Unidos ha decretado estado de emergencia tras la paralización de su mayor red de oleoductos, Colonial Pipeline, que interrumpió sus operaciones tras ser blanco del ataque de un “ransomware”, un programa que bloquea el acceso a la información a cambio del pago de una recompensa para liberarlo.
“Los administradores regionales (…) declaran por la presente que existe una emergencia (…) Dicha emergencia es en respuesta a la desconexión imprevista del sistema de oleoductos Colonial debido a problemas de la red que afectan el suministro de gasolina, diésel, combustible para aviones y otros productos refinados del petróleo”, indicó el Departamento de Transporte en un comunicado.
Colonial Pipeline, una empresa que provee el 45 % del combustible que se consume en el este del país, confirmó que el ataque cibernético que le obligaba a detener el funcionamiento de sus tuberías.
La interrupción del suministro afectó a los estados del este y sur, entre ellos Nueva York, Virginia, Florida, Arkansas, Texas, Misisipi y otros. Las medidas del Gobierno facilitan el transporte inmediato de combustible en camiones cisterna a los territorios afectados.
Según los analistas consultados por el New York Times, el restablecimiento de los sistemas de Colonial tomará varios días.
La secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, admitió este martes 11 de mayo que el país sufre de escasez de algunos suministros energéticos, pero no de gasolina. En una rueda de prensa en la Casa Blanca, Granholm instó a los estadounidenses a que no acumulen carburantes en casa.
”No es que tengamos una escasez de gasolina, es que tenemos una escasez de suministros. Las cosas volverán a la normalidad pronto”, dijo la responsable, que habló de la gestión del Gobierno en colaboración con Colonial, la empresa operadora de los oleoductos, para que reanude lo antes posible su operación.
Granholm aseguró haber estado en conversaciones con los directivos de la compañía y anticipó que para este miércoles Colonial estará en condiciones de adoptar una decisión sobre la reanudación de sus operaciones, aunque avisó de que aún tomará varios días hasta que vuelva a pleno funcionamiento.
En este contexto, pidió a los dueños de las gasolineras que actúen con responsabilidad y advirtió que no tolerarán “un aumento excesivo de precios” de los combustibles.
El secretario de Seguridad Nacional de EE. UU., Alejandro Mayorkas, participó en la misma rueda de prensa y afirmó que los ataques cibernéticos de este tipo han dejado solo este año más de 350.000 millones de dólares en pérdidas en el país.
Mayorkas apuntó que no son una amenaza inminente, sino que ya está aquí, y aclaró que esto “no es exclusivo de Estados Unidos”.
Con información de EFE, AFP y Sputnik News