Estados Unidos inicia oficialmente este sábado 1 de mayo la retirada de sus últimos soldados de Afganistán que, cuando se complete, marcará el fin de una guerra de 20 años, pero abrirá un periodo de gran incertidumbre por la impronta creciente de los talibanes.
En los hechos, el proceso de retirada ya está en curso, según responsables estadounidenses en Afganistán, y la fecha del 1 de mayo es sobre todo simbólica. Se trata del plazo fijado en el acuerdo firmado en febrero de 2020 en Doha, Catar, con los talibanes por la antigua administración de Donald Trump que prevé dicha retirada.
En los últimos días, el cielo de Kabul y la base aérea cercana de Bagram registraron un trasiego inusual de helicópteros estadounidenses, encargados de preparar esta retirada, que concluirá el 11 de setiembre, fecha del 20 aniversario de los atentados de 2001 en Estados Unidos.
Los aliados de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) empezaron el jueves 29 de abril a retirar los contingentes de la misión Apoyo Decidido (Resolute Support), que debe hacerse de manera coordinada con Washington.
Las fuerzas de seguridad afganas estaban en estado de alerta el sábado 24 de abril, por miedo a ataques contra las fuerzas estadounidenses durante su retirada.
“Los talibanes podrían intensificar la violencia”, declaró el ministro de Interior, Hayatulá Hayat, a los responsables policiales, según una grabación a la que la AFP tuvo acceso.
El consejero de seguridad nacional afgana Hamdulá Mohib estima que los talibanes “podrían elegir la guerra”.
El presidente estadounidense, Joe Biden, confirmó a mediados de abril la retirada de los 2.500 soldados todavía presentes en Afganistán.
“Ha llegado la hora de poner fin a la guerra más larga de Estados Unidos”, declaró al estimar que el objetivo de la intervención, que era impedir a Afganistán servir de nuevo de base a ataques contra su país, se cumplió.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habla en el Rose Garden de la Casa Blanca en Washington, DC. Foto: AFP
Por su parte, los talibanes consideran que la retirada debió haber terminado el 1 de mayo y que mantener tropas después de esta fecha es una “clara violación” del acuerdo con Washington.
“Ello abre en principio la vía a nuestros combatientes para que adopten las acciones apropiadas contra las fuerzas invasoras”, declaró a la AFP Mohammad Naeem, un portavoz del grupo.
Estados Unidos intervino en Afganistán a raíz de los atentados de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono. Y expulsó del poder a los talibanes, acusados de haber dado cobijo a la nebulosa yihadista Al Qaida responsable de los atentados, antes de que el conflicto se estancara.
Desde la firma del acuerdo de Doha, los talibanes se abstuvieron de atacar directamente a las fuerzas extranjeras. Pero no tuvieron piedad con las tropas gubernamentales, a las que acosan en las zonas rurales mientras siguen aterrorizando a la población de las grandes ciudades con asesinatos selectivos.
El anuncio de la retirada de los estadounidenses no ha hecho más que agravar el miedo de los afganos, que temen que los talibanes regresen al poder e impongan el régimen fundamentalista que implantaron cuando gobernaron entre 1996 y 2001.
Con información de AFP