“No hay ninguna señal” de contagios después del concierto al que acudieron 5.000 espectadores el 27 de marzo en Barcelona (España), como parte de un ensayo para buscar formas seguras de celebrar eventos pese a la COVID-19, anunciaron este martes 27 de abril los organizadores.
Los asistentes bailaron sin respetar una distancia física, pero con mascarilla. “No hay ninguna señal que sugiera que se produjo una transmisión dentro del evento”, anunció Josep Maria Llibre, médico del hospital catalán Germans Trias i Pujol, en rueda de prensa.
Todos los participantes se sometieron también a un test de antígenos antes del evento y tenían que usar mascarillas FFP2 durante el espectáculo.
Según el profesional de salud, solo hubo seis casos positivos, 15 días después del concierto, y los organizadores están seguros de que “en cuatro de estos casos la transmisión no tuvo lugar durante el concierto”.
“Con ventilación optimizada, cribraje de antígenos y uso de mascarilla se puede garantizar un espacio seguro”, añadió el Llibre.
El concierto de Love of Lesbian, uno de los principales grupos del panorama musical español, fue impulsado conjuntamente por un grupo de festivales y promotores musicales y el hospital Germans Trias i Pujol con el fin de mostrar que los conciertos pueden ser compatibles con la pandemia del coronavirus.
“Creo que, una vez más, Barcelona y la cultura barcelonesa se ponen en vanguardia de una situación que es nueva, que consiste en preservar la actividad cultural con todas las garantías sanitarias”, se felicitó Jaume Collboni, adjunto en la alcaldía de Barcelona.
“El mundo nos ha mirado, mucha gente nos pedía cómo lo habíamos hecho. El trabajo colaborativo ha sido la clave”, expresó por su parte Angels Ponsa, encargada de cultura en el gobierno catalán.
El mismo equipo ya realizó en diciembre del año pasado una prueba piloto de este protocolo en una sala de conciertos de Barcelona, con 500 asistentes previamente cribados por SARS-CoV-2. Al cabo de varios días, ninguno dio positivo.
El espectáculo musical de Barcelona fue una de las escasas iniciativas de este tipo que se han celebrado en Europa. Otra presentación similar tuvo lugar en marzo en Países Bajos, con 1.300 personas.