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El papa Francisco celebra una atípica y solitaria misa del Gallo

La ceremonia fue adelantada y sirvió para que el sumo pontífice enviara un mensaje de fraternidad y religiosidad a la humanidad.

larepublica.pe
Papa Francisco lidera atípica Misa de Gallo debido a las restricciones por la pandemia de COVID-19. Foto: AFP

El papa Francisco ofició este jueves ante pocos fieles la misa del Gallo, la cual fue adelantada para respetar el toque de queda debido a la pandemia. El santo padre llamó a servir a los demás huyendo de la conducta de los “analfabetos de bondad”.

”Tú, que me salvas, enséñame a servir. Tú, que no me dejas solo, ayúdame a consolar a tus hermanos, porque desde esta noche todos son mis hermanos”, dijo el sumo pontífice para concluir su homilía de Nochebuena, en una basílica de San Pedro enrarecida.

El templo vaticano poco o nada se pareció al de años pasados en una fecha tan festiva como esta, en la que se conmemora el nacimiento de Jesús de Nazaret. Cabe resaltar que esta bien podría ser la misa más importantes del año litúrgico.

En esta ocasión, el papa estuvo acompañado por sus concelebrantes y por unos 150 fieles, religiosos, religiosas y residentes del Estado pontificio, todos separados y con mascarillas.

En su homilía, el pontífice explicó que la Navidad es un periodo que permite a los fieles “nacer interiormente de nuevo” y por eso lanzó un mensaje de fraternidad y religiosidad, citando incluso a la poetisa estadounidense Emily Dickinson.

Esta solemne ceremonia desde hace varios años no se celebra a medianoche, pero en esta ocasión ha tenido que ser adelantada aún más, en dos horas y media, a las 19.30 locales (18.30 GMT), para respetar el toque de queda nocturno impuesto en toda Italia.

La plaza de San Pedro, iluminada por el árbol y el Portal de Belén, solo estaba poblada por unas patrullas de Policía encargadas de la seguridad y de vigilar el cumplimiento de las normas.

En la mañana del 25 de diciembre, Francisco leerá su mensaje de Navidad e impartirá la bendición Urbi et Orbi, dirigida “a la ciudad y al mundo”, dentro del Palacio Apostólico y no desde el balcón de la logia central de la basílica de San Pedro.