Una escena se repite prácticamente por todo Estados Unidos: largas filas de electores depositando por adelantado su voto para las elecciones presidenciales, respondiendo al llamado de movilización de los demócratas y por miedo a la pandemia del coronavirus, a menos de tres semanas de los comicios.
Más de 25 millones de estadounidenses habían votado hasta el viernes 16 de octubre, por correo o en persona, según un conteo del US Elections Project, un sistema de estadísticas electorales en línea de la Universidad de Florida.
Estas cifras récord se producen en medio de una elección fuertemente polarizada entre el republicano Donald Trump, que se presenta a un segundo mandato, y el demócrata Joe Biden, que actualmente lidera las encuestas nacionales.
Aunque los números están actualmente a favor del exvicepresidente de Barack Obama, la elección aún no se ha decidido, advierte el profesor Michael McDonald, quien está a cargo del conteo.
“El voto fuertemente demócrata en este momento no debería ser un indicador de que Biden tiene la elección ganada”, previno McDonald en un análisis publicado en su sitio web.
“Sí, los números son muy buenos para Biden”, dijo, “sin embargo, es muy probable que los republicanos se presenten a votar en persona” el 3 de noviembre, el día de las elecciones.
En total, 43 estados y la capital federal, Washington, establecieron sistemas de votación anticipada para la elección. Se solicitaron o enviaron casi 75 millones de papeletas por correo, más del doble de los 33 millones para los comicios de 2016, y las autoridades locales establecieron buzones o puntos especiales para depositar el voto.
Estas medidas responden a una fuerte demanda de los votantes, que temen contagiarse de la COVID-19 si van a las abarrotadas urnas el día de los comicios.
Trump ha criticado constantemente el voto por correo, argumentando que conduce a un “fraude de escala sin precedentes” en beneficio de su oponente. Sin embargo, no ha habido pruebas de irregularidades en las votaciones anteriores.