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Duelo perinatal: ¿cómo apoyar a la mamá que sufre la pérdida de su bebé?

Tras la muerte del hijo, la madre no solo afronta un dolor emocional, sino también físico porque debe recibir tratamiento para terminar la lactancia.

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La lactancia en duelo o duelo perinatal, un proceso difícil y real que muchas madres viven al no tener a sus bebés entre sus brazos. Foto: AFP

Por: Jheninfer Rodil

No existe un tiempo determinado de vida de una persona, pero lo que sí se tiene claro es que ni un padre o madre está preparado para la muerte de un hijo. Este dolor se extiende a las personas que esperan el nacimiento de un bebé.

En este proceso, es la mamá quien más sufre, ya que además del estado emocional, aún conserva los cambios físicos de su cuerpo que se estaba preparado para proteger y alimentar a su bebé.

Los pechos pasan por un proceso natural que hace que puedan producir la leche materna; sin embargo, ante el fallecimiento del bebé, este líquido, producido por la madre, se convierte en ’lágrimas blancas’, también conocido como lactancia en duelo o duelo perinatal.

Es importante dar a conocer este tema con el ánimo de concientizar a la sociedad, dar visibilidad a los casos de bebés que se marcharon demasiado pronto y acompañar el periodo que le toca vivir a las madres.

“Se me fue la mayor parte de mi vida”

En 2019, Cristina Campos Lara, una madre de Chihuahua, en México, vivió aquella experiencia que, en sus palabras, no se lo desea a nadie.

En conversación con La República, Campos narró su historia. “Hace 14 años a mí me habían dicho que no podía tener hijos, pero luego de tres años el milagro sucedió y pude traer al mundo a mi pequeño. Después de 8 años nos enteramos de la llegada de mi niña, mi familia se puso muy contenta y a pesar que yo tenía 40 años, tuve un buen embarazo. Mi hija y yo estábamos sanas”, señaló.

Cristina había celebrado junto a sus amigas la pronta llegada de su pequeña Sara. Foto: La República.

Hasta pocos días antes del nacimiento de su pequeña Sara, nombre que escogieron para la bebé, todo iba bien; sin embargo, una presunta negligencia generó un final diferente para la familia.

“Estando en la semana 39, voy al hospital para mis últimos chequeos y la doctora me dice que mi bebé tiene el cordón umbilical enredado en el cuello. Fue entonces que yo pedí cesárea porque yo sentía que era necesario para no arriesgar la vida de mi bebé, pero me dijeron que no era necesario”, contó.

“Al día siguiente, 11 de octubre, yo acudo al hospital porque estaba dilatando, pero mi bebé ya no se movía, sentí que se puso a un costado y cuando llegué, me revisaron y me dijeron que mi niña había muerto, no tenía latidos”, continuó su relato sobre aquel fatídico día.

Después de la terrible noticia, los especialistas del IMSS, Hospital de Gineco Obstetricia en Chihuahua, indujeron a Cristina a dar a luz con el uso de medicamentos.

“Estuve 26 horas en trabajo de parto forzado, mientras trataba asimilar lo que me habían dicho los doctores, traje a mi niña al mundo con la esperanza que en algún momento llorara, pero no sucedió”, relató.

Según cuenta la madre, el día que velaron a su pequeña Sara recién pudo abrazarla y llorar. “En ese momento se me fue la vida, aunque tengo un hijo, en ese instante se me fue la mayor parte de mi vida”.

La ecografía mostró a Cristina y su esposo que la pronta llegada de su bebé se trataría de una mujercita. Foto: La República.

No suficiente con despedirse de su bebé y volver a casa sin la criatura, Campos tuvo que cortar la leche materna. “Me dieron medicamentos y estuve alrededor de una semana produciendo leche. Sientes mucho sufrimiento cuando deshechas el alimento que era para tu hijo. La madre sabe que su hijo ya no está físicamente, pero el cuerpo sigue actuando como si el bebé estuviera ahí para protegerlo y alimentarlo”.

Desde aquel entonces, Cristina nos cuenta que su refugio ante esta dolorosa pérdida ha sido realizar conferencias en memoria de su hija. En la charla “De mi corazón a tu cielo” hablará de lo que una madre siente, del trato médico y de la familia.

“Te extraño, gracias por el tiempo que estuviste conmigo y por enseñarme amar”, fueron las palabras que le dedicó a su pequeña Sara.

El apoyo de un profesional

Una fecha poco conocida, pero importante es el 15 de octubre, Día Internacional del Duelo por Muerte Gestacional y Neonatal. Tiene como objetivo visibilizar el duelo de las familias que pierden un bebé en el útero, durante el parto, o al poco tiempo de nacer.

Ante este delicado tema y con el objetivo de ayudar a los padres a superar esta pérdida, Evelyn Murrugarra Ormeño (@evelyn.murrugarra), psicóloga de la Universidad Ricardo Palma, explica varios puntos muy importantes en la siguiente entrevista.

¿Qué es un proceso de duelo perinatal?

Cuando hablamos de duelo perinatal nos referimos a la pérdida de un bebé en la etapa del embarazo, o en circunstancias anteriores o posteriores al momento del parto, lo que genera una separación de la esperanza de la futura madre.

¿Qué sucede cuando la madre está experimentando un duelo perinatal?

Dentro de las manifestaciones frecuentes se muestran:

Emocionales: se observará la culpa, la rabia, la autocrítica, el vacío interior

Físicas: dolores musculares, problemas para dormir, pérdida del apetito, falta de aire y aquí es importante mencionar que el cuerpo no sabe que no hay bebé, por lo que debemos de reducir la producción de leche o provocaremos una mastitis. Sería adecuado realizar la extracción de leche de manera en cortos momentos en el día.

Cognitivas: aquí la madre buscará las razones por las cuales se produjo la pérdida, se sentirá confundida, poco creyente y mostrará problemas de atención, concentración, y memoria.

Perceptivas: posibles alucinaciones de movimientos fetales y sueños con el bebé.

Conductuales: desapego y evitación social.

¿Cómo se puede ayudar a una madre a enfrentar la pérdida de su bebé?

Para esta situación es necesario la práctica de la escucha activa, no juzgar y meditar antes de brindarles frases que no serán de ayuda. Los padres necesitan un espacio y tiempo para superar el proceso de duelo.

¿Cómo ayudar a despedirse de su bebé a una madre para mejorar su salud mental?

Es importante respetar el derecho del dolor de las personas que se encuentran en duelo y darles el tiempo que necesiten, sin embargo cuando las personas sientan que es el momento podrían realizar un acto simbólico de despedida, tal vez yendo a algún lugar especial, realizar alguna actividad conmemorativa o escribiendo una carta.

Consejos a las madres que están pasando por un proceso de duelo

- Pensar en que el tiempo ayudará a curar el dolor.

- Admitir el dolor.

- Tener en cuenta que se puede pedir ayuda profesional.

- Mantener palabras de aliento.

Finalmente, en este difícil proceso, la familia es el mejor apoyo para el padre y la madre. Probablemente la persona solo busque estar sola con su dolor, pero saber que los familiares están ahí acompañándonos será muy positivo.

La pérdida de un hijo y sin palabra que lo defina

Se puede nombrar al hombre o mujer cuya pareja ha fallecido como viudo o viuda, a los niños que han perdido a sus padres como huérfanos; sin embargo, en el extenso diccionario no se encuentra ninguna palabra para designar al padre o madre cuyo hijo ha muerto.

En medio de este vacío, la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer ha pedido a la Real Academia de la Lengua (RAE) que incluya al diccionario la palabra huérfilo, con el objetivo de dar visibilidad emocional y administrativa a una situación dolorosa de lo padres, según detalla la agencia EFE.

Mortalidad infantil, según la UNICEF

De acuerdo a la información brindada por la UNICEF, en las últimas dos décadas se han logrado enormes avances en la supervivencia infantil. No obstante, en el 2018 un niño o un adolescente murió cada cinco segundos a nivel mundial.

La gran mayoría de estas muertes (85%) ocurren en los primeros 5 años de vida, de los cuales casi la mitad (47%) se registran durante el primer mes, en gran parte debido a causas tratables como enfermedades infecciosas.

Asimismo, durante el 2018, murieron 7 mil bebés recién nacidos. Aproximadamente un tercio murió el mismo día de su nacimiento y casi el 75% durante su primera semana de vida. Según las últimas estimaciones sobre mortalidad infantil, los recién nacidos constituyeron alrededor de la mitad de los 5.3 millones de muertes de niños menores de cinco años.

“Generalmente, el nacimiento de un bebé es un motivo de gran alegría. Sin embargo, cada 11 segundos, el nacimiento puede convertirse en una tragedia familiar”, menciona Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF, en un artículo publicado por la organización.