“Estoy viviendo en el infierno, preferiría estar otros dos años preso en Curitiba que vivir lo que estoy pasando en los últimos seis meses” le informó el empresario Marcelo Odebrecht a un amigo, reveló el semanario brasileño Veja, de la ciudad de Sao Paulo.
El reportaje del periodista Thiago Bronzatto describe las conflictivas relaciones de Marcelo con su padre Emilio Odebrecht, el principal accionista de la constructora que lleva su apellido, por las revelaciones de corrupción en el caso Lava Jato.
Marcelo Odebrecht se encuentra en arresto domiciliario desde diciembre del 2017, tras cumplir dos años y medio de cárcel en una prisión de Curitiba, en el estado de Parana. Desde entonces vive en una lujosa mansión, en un barrio de la zona sur de Sao Paulo, en un régimen semiabierto: de Lunes a viernes, puede salir de su casa a trabajar en el día y regresa a dormir cada noche.
Tras salir de prisión, Marcelo se enfrascó en una pelea con la constructora, a la que acusa de ocultar toda la verdad y haber negociado el acuerdo de colaboración con la operación Lava Jato, solo para proteger a su padre Emilio. En respuesta, en diciembre del 2019, la constructora lo despidió por recomendación de veedores externos, pero ha trascendido que fue una orden directa de su padre.
Además de despedirlo, la constructora logró que un juez congelara sus cuentas bancarias, de sus hijas y de su esposa, lo acusó de chantaje y le exige la devolución de 200 millones de reales, 36,4 millones de dólares al cambio actual, que le pagaron de compensación y beneficios por la firma del acuerdo de colaboración con el Grupo de Tarea del caso Lava Jato.
Marcelo Odebrecht acusa a su padre de utilizarlo como chivo expiatorio, mientras él continúa al frente de la corporación, “ocupándose del negocio como si nada hubiera pasado”. Marcelo dice que su padre, Emilio Odebrecht, el patriarca de la corporación, es un “psicopata”, capaz de destruir a su propia familia, incluso a su hijo y nietas solo para protegerse, señala Veja.
El semanario inicia el reportaje describiendo que encontraron a Marcelo Odebrecht cuando realizaba compras en una farmacia, protegido por una mascarilla, y conduciendo su propio auto, un Kia Carens planteado del año 2011.
En la disputa legal se han revelado una serie de correos, en los que Marcelo revela presiones para la firma del acuerdo con el Ministerio Público, pone en duda la existencia del departamento de operaciones estructuradas, responsable de las operaciones ilícitas dentro y fuera del país, y pide deslindar con las operaciones realizadas por Hilberto Silva. “No puedo aceptar que la compañía respalde todo lo que él dice”, escribió.
Marcelo acusa a los fiscales de Lava Jato y al juez Sergio Moro de actuar con una “arbitrariedad monumental”. En las cartas, el exejecutivo de Odebrecht pedía que sus socios en Brasil y el extranjero también asuman su responsabilidad, dejando entrever que no eran los únicos que tenían tratos ilícitos con el sector público.
“El empresario suele contar un episodio ocurrido durante un interrogatorio, como ejemplo del nivel al que llegaron algunos investigadores. Una vez un abogado del Ministerio Público de Brasilia le pidió que contará todos los detalles del esquema de corrupción como si fuera el “director de una película pornográfica” y que otros insistían que confirmara “tesis absurdas” de los fiscales como sobreprecios en los contratos con Petrobras”.
Marcelo Odebrecht muestra desagrado por la posible candidatura presidencial del exjuez Sergio Moro y asegura que sería muy peligroso para la democracia, dice Veja. “Según él, el exjuez y exministro de justicia de Bolsonaro tiene instintos arbitrarios y rasgos de personalidad de dictador.
Hoy, el ex juez Sergio Moro, el expresidente Lula y Jair Bolsonaro aparecen como eventuales candidatos a la presidencia de Brasil, en las elecciones de octubre del 2022.
El reportaje del semanario Veja puede revisarse aquí.
Marcelo Odebrecht en el semanario Veja