El Gobierno de Polonia anunció su retiro del Tratado Europeo sobre la Violencia contra las Mujeres, la razón de esta decisión se encuentra en la existencia de elementos perjudiciales ante una presunta naturaleza ideológica, según declaraciones hechas por el ministro de Justicia el último 25 de julio.
Zbigniew Ziobro, titular de dicha cartera, advirtió en una conferencia de prensa que su despacho presentará una solicitud al Ministerio de Trabajo y Familia este 27 de julio para iniciar el proceso de abandono del tratado, conocido como la Convención de Estambul.
La iniciativa ha sido impulsada por el actual partido de Gobierno, Ley y Justicia (PiS) en conjunto con la Iglesia Católica. Ambos promueven una agenda de índole conservadora, la misma que se concretó con la reelección de Andrzej Duda; el último 12 de julio.
La Convención de Estambul, el tratado de la polémica, fue firmado en 2012 por Polonia y entró en vigencia en 2015, cuando el país estaba bajo el liderato del centrista Bronisław Komorowski.
El ministro de Justicia en conferencia de prensa. (Foto: PAP/Wojciech Olkuśnik)
Ocho años después, el hoy Gobierno polaco de ultraderecha asegura que se está violando los derechos de los padres, al exigir que las escuelas enseñen a los niños sobre el género; por ello, decidieron iniciar su salida.
“Este elemento ideológico está ligado al imperativo de cambiar la educación en las escuelas y los programas escolares fuera de ella, en términos de aprendizaje, actitudes y convicciones de la joven generación polaca para llegar, en nuestra opinión, a una falsa suposición de que el sexo biológico es un arcaísmo y que todo se reduce al género sociocultural”, manifestó Ziobro.
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Con el anuncio del ministro de Justicia, la polarización se ha hecho presente una vez más. Algunas asociaciones conservadoras han celebrado la medida mientras que, en Varsovia, los activistas de los derechos humanos, feministas y grupos de izquierda piden la permanencia.
“El objetivo es legalizar la violencia doméstica”, dijo Magdalena Lempart, una de las organizadoras de la protesta del último fin de semana. Algunos manifestantes llevaban pancartas que decían: “El PiS es el infierno de las mujeres”.
Por su parte, El Consejo de Europa expresó su preocupación por la determinación del Gobierno de ausentarse de la firma, catalogándolo como “un importante retroceso” en la protección de las mujeres contra violencias sexistas.
“Abandonar la Convención de Estambul sería altamente lamentable y un retroceso importante en la protección de las mujeres contra la violencia en Europa”, advirtió en una declaración escrita Marija Pejcinovic Buric, secretaria general del Consejo de Europa, el último 26 de julio.
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El Convenio de Estambul (CES) se llama realmente “Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica”, fue firmado el 11 de mayo de 2011, por un total de 47 países europeos.
La importancia de este texto radica en que supone el primer instrumento de tipo supranacional en materia de violencia contra la mujer y la violencia doméstica.
Los delitos que contempla van desde la agresión física, psicológica y sexual. Así, incluye la violación, mutilación genital femenina, matrimonio forzado, acoso, aborto forzado y esterilización forzada. Esto implica que los Estados debieron introducir en sus sistemas jurídicos estos delitos.