La llegada de tres tripulantes de Estados Unidos a la Luna en el Apolo 11 no solo fue símbolo de heroísmo sino también un punto de partida para un escepticismo que se ha mantenido hasta el siglo XXI. Los críticos decidieron difundir, durante varias décadas, teorías conspirativas respecto a la supuesta hazaña de la NASA.
El viaje a la Luna, también llamado alunizaje, se produjo el 20 de julio de 1969. Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins fueron los tres astronautas que viajaron hasta el satélite dentro del Apolo 11. Mientras que Michael se quedó custodiando la nave, Neil y Edwin, como se vio en la proyección de la época, descendieron para explorar la superficie con el módulo Eagle. Así, en medio de ese contacto entre el hombre y la Luna, Armstrong inmortalizó el momento con una inspiradora frase: “Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”.
La misión duró 21 horas y 36 minutos. En el trayecto dejaron dispositivos científicos para un programa llamado Sísmica Pasiva y Sísmica Lunar de Perfiles con el fin de detectar movimientos tectónicos en las placas de la luna. Los astronautas también dejaron varios retrorreflectores, unos espejos que reflejan señales de rayos láser enviados desde la tierra para calcular distancias.
Viaje del Apolo 11 a la Luna. (Ilustración: BBC)
La pregunta que muchos se han hecho es: ¿realmente llegaron a la Luna? ¿fue un montaje durante la Guerra Fría para sugerir la hegemonía de Estados Unidos en el planeta? Los antagonistas de este supuesto viaje nunca se lo creyeron. De hecho, crearon una trinchera bajo el denominador común de que el hombre nunca llegó al satélite.
Uno de los principales ataques se produjo en la película Capricornio 1 (1977), interpretada por Elliot Gould y O. J. Simpson. En esta cinta se mostró que primero la NASA, en medio de la Guerra Fría, había planificado un viaje al planeta Marte, pero fue cancelado a última hora al reconocerse que sería imposible.
Entonces, como último recurso, y para no quedar mal frente a los ojos de Rusia, programó un trayecto de la tierra a la Luna. Solo para no ser un fracaso ante el país euroasiático.
Otra teoría conspirativa está vinculada a Stanley Kubrick. Según los disidentes, el famoso director de cine, por orden del gobierno de Estados Unidos, hizo un montaje del viaje usando como locación al área 51, ubicado en el desierto de Nevada.
Bill Kaysing, excombatiente de la Segunda Guerra Mundial y licenciado en literatura, fue uno de los disidentes confesos del viaje lunar. Publicó varios libros en contra de la proeza de Neil Armstrong y compañía.
Antes de hablar sobre su libro frente a una audiencia era presentado como un exfabricante de propulsores de la NASA, lo cual, le dio cierta autoridad. En su discurso manifestaba, por ejemplo, que en el encuadre de la grabación se veían proyectadas dos luces. Eso le resultaba extraño, pues, asumía que el único rayo de iluminación debía proceder del sol. También apuntó a las huellas de los astronautas, que eran imposible dejarlas sobre la superficie lunar.
Varias décadas después, muchos que aceptaron el viaje lunar como un hecho real se ven obligados a seguir avalándola frente a las cámaras. Como el profesor de astronomía de la Universidad de California en Los Ángeles, Michael Rich, quien en el 2017 aseguró a la BBC que “es un hecho científico comprobado que sí sucedió. Y no una sola vez, sino seis, entre 1969 y 1972”.
Rich aseguró que los dispositivos dejados por los astronautas en el espacio permitieron que la NASA tenga acceso a información importante. “Estos aparatos permitieron medir con gran precisión la distancia entre la Tierra y Luna”, explicó a la BBC.
El viaje a la Luna por parte de tres astronautas de Estados Unidos sigue dando que hablar. A pesar de que trajeron una importante “cantidad de material lunar”, como lo contó el profesor Rich, muchas personas siguen poniéndose al margen con el temor de caer en la ingenuidad.