A principios de febrero, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tuiteó que su par chino, Xi Jinping, lucharía con éxito contra el nuevo coronavirus (COVID-19). “Cuando el clima comienza a calentarse, el virus se debilita y luego desaparece”, apuntó el estadounidense.
Para entonces había 11 casos confirmados, según estadísticas de la Universidad Johns Hopkins. El virus parecía estar muy lejos. Pero al día de hoy, Estados Unidos es el país con más afectados del planeta.
Hasta la fecha se han detectado 2686 587 contagios y casi 130.000 personas han muerto a causa del patógeno. No hay mejora a la vista. Todo lo contrario.
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Si bien la cantidad de nuevas infecciones detectadas en EE. UU. disminuyó significativamente desde mediados de abril a junio, las cifras se dispararon desde entonces. Ahora es más alto que en cualquier otro momento antes del brote.
Durante la última semana se registraron más de 41.000 casos de coronavirus (COVID-19), es decir, unos 125 nuevos casos por millón de habitantes cada día. El pico hasta el momento se alcanzó el viernes 26 de junio, con más de 45.000 infecciones confirmadas.
En una audiencia en el Senado de Estados Unidos el martes, el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, Anthony Fauci, advirtió que no se abran las escuelas ni oficinas.
Si la tendencia no se revierte, no se sorprendería picos de hasta 100.000 nuevas infecciones por día. “Creo que es importante decirles a usted y al público estadounidense que estoy muy preocupado porque podría ser muy malo”, dijo Fauci.
Actualmente, el coronavirus (COVID-19) se expande en muchos de los cálidos estados del sur, influenciados por los republicanos, como Florida, Carolina del Sur, Mississippi y Texas.
También en el oeste, en Arizona, Utah y Nevada, el número de casos detectados diariamente ha promediado 150 o más por millón de habitantes en los últimos siete días.
Arizona informó un promedio de 409 nuevas infecciones por día. En California, el promedio llegó a 144. De hecho, los números podrían ser mucho más altos ya que muchas infecciones pasan desapercibidas.
Foto: AFP.
En contraste, los números son bajos en estados como Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut, que se vieron gravemente afectados en la primavera: Nueva York ha registrado 32 infecciones por millón de habitantes en los últimos siete días, en comparación con 31 en Nueva Jersey y Connecticut, con solo 25.
En medio de todo, Fauci advirtió que este número de infecciones pone en peligro a todo Estados Unidos.
“No estamos en la situación de Nueva Zelanda, Singapur o Corea, en la que un nuevo caso puede identificarse rápidamente y todos los contactos pueden ser rastreados. Esto es muy desalentador”, ha apuntado Anne Schuchat, subdirectora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Foto: AFP.
Si no es posible frenar la propagación del coronavirus (COVID-19) rápidamente, el país pronto enfrentará otro problema grave: las capacidades de prueba ya están llegando a sus límites, ha revelado The Atlantic.
Estados Unidos actualmente realiza unas 550.000 pruebas todos los días. Debido a los brotes en el sur y el oeste, las capacidades pronto podrían superarse.
Si ya no es posible identificar al menos a aquellos infectados con síntomas que desean hacerse la prueba, advierten los especialistas, el país finalmente perderá la noción del brote.