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Andre Guest, el adolescente que falleció repentinamente de coronavirus

El joven de 16 años fue el primer menor de edad que falleció en Indiana, Estados Unidos, quien experimentó síntomas similares a lo que se ha denominado síndrome inflamatorio multisistémico en los niños, reacción asociada a la COVID-19.

El jueves 16 de abril comenzó con normalidad para la familia Guest, por lo que no se esperaban que fuera a suceder una tragedia con Andre Guest, adolescente de 16 años que, a pesar haber tomado todas las medidas necesarias, moriría 12 días después a causa de la COVID-19.

La madre del joven, Dawn Guest, se levantó temprano como parte de su rutina de enfermera en Riley, Indiana, Estados Unidos. Salió a trabajar luego de escuchar que su hijo Andre ya estaba levantado. Sin embargo, ese mismo día por la tarde, recibió una llamada de su esposo: algo andaba mal con su hijo.

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“No puedo explicar cómo un joven perfectamente sano de 16 años puede estar haciendo su propio sándwich de mantequilla de maní en la noche del miércoles, sacando su propio té del refrigerador y yendo a la cama como cualquier otro adolescente en el estado o en el país… y en 24 horas pasar estar luchando por su vida”, declaró la madre al portal Kaiser Health News.

Andre, un estudiante tranquilo de segundo año en la escuela secundaria Lawrence North, amaba YouTube y los videojuegos. El básquet y los bolos también eran pasiones en las cuales sobresalía.

Como la madre del adolescente es enfermera en un hogar de ancianos, la familia Dawn tomó más precauciones cuando el coronavirus comenzó a extenderse por el país norteamericano: desinfectaba todo lo que tenía al llegar a casa, usaba mascarillas y practicaba el distanciamiento social “tanto como podía”.

El joven fue el único que no salió de casa desde que inició el confinamiento obligatorio en Estados Unidos. Johnny, el padre, recordó que ese jueves todo iba bien, pero empezó a sospechar que su hijo no estaba bien cuando este le pidió ayuda para tomar una bebida y le comentó que se encontraba cansado.

Pero Andre no soportó mucho tiempo y, por horas de la tarde, se desvaneció en el baño. Fue ahí cuando Johnny decidió llamar a su esposa. Cuando la madre llega apresuradamente a la casa, el menor ya no podía mantenerse en pie y tenía los ojos en blanco. Fue en ese momento en que decidieron llamar a una ambulancia.

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Tras llegar al Hospital Riley para Niños, los médicos descubrieron que había desarrollado diabetes tipo 1, es decir, que el nivel de azúcar que tenía en la sangre era diez veces mayor a lo normal.

Tenía fiebre, tos y respiraba con dificultad, por lo que decidieron aplicarle una prueba para descartar que fuera un paciente con COVID-19, pero esta dio negativo al virus.

Los médicos no lograban controlar los niveles de azúcar de Andre, a pesar de que ya le habían aplicado insulina. La temperatura continuaba incrementando y cada vez era más complicado que el adolescente respire, incluso con suplementos de oxígeno. Días después, el menor se encontraba en cuidados intensivos con un respirador artificial.

El joven estuvo 12 días hospitalizado y experimentó síntomas similares a lo que se ha denominado síndrome inflamatorio multisistémico en los niños, una extraña reacción inmune pero muy peligrosa asociada al nuevo coronavirus que no se detalló hasta mediados de mayo, por lo que el menor no pudo ser diagnosticado con ello.

A pesar que los últimos días presentó mejoras, Andre no resistió y, la mañana del 27 de abril, falleció. La comunidad en la que vivía envió cartas y tarjetas a la familia, pues fue el primer menor de edad que falleció en Indiana a causa del coronavirus.