Un policía de la provincia de Castellón, en España, asesinó a tiros a un perro y fue denunciado por su propietaria. Al pasar los días, el mismo uniformado detuvo al hijo de la mujer por un episodio en la playa. Las declaraciones de lo ocurrido presentadas por la familia afectada y las autoridades son diametralmente opuestas.
Según los reportes de la Policía, los hechos iniciaron el pasado 30 de mayo, cuando una patrulla que fue solicitada para otro asunto, se encontró con dos sabuesos que estaban “sueltos” y eran de raza “potencialmente peligrosa”.
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Mientras los agentes entrevistaban a los vecinos, los animales “empiezan a gruñir y a ponerse agresivos”. Entonces, Marley —la mascota fallecida— “intenta morderlos”, por lo que uno de ellos lo liquida a tiros, informó el portal El Diario.
El perro pertenecía a Noelia Ferrer, quien cuestionó la violenta reacción de los efectivos. “Podría haber disparado un tiro al aire para que se asustaran y los perros habrían entrado a la casa para refugiarse, pero le disparó tres veces”, indicó.
Pese a que la dueña afirmó que Marley, que pesaba 58 kilos y tenía 10 años, “jamás ha tenido ningún problema de comportamiento”, la versión policial expresó que dos residentes contaron que los canes habían tratado de agredirlos en repetidas ocasiones. Además, explicó que, aunque el perro no estaba considerado como peligroso, “por su morfología” el oficial “no tenía otro recurso en su defensa personal que usar su arma de fuego”.
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Días después el caso continúo, ya que el sábado 6 de junio el agente aprehendió al hijo de la denunciante, de 22 años, por “insultos y amenazas incluso de muerte” durante un operativo en una playa local, porque aparentemente estaba en su máxima capacidad.
A las pocas horas de haber sido detenido por desobediencia y resistencia a las autoridades, el joven fue puesto en libertad. “Ha sido una venganza por la denuncia”, sostuvo Ferrer.