Una autopsia independiente ordenada por la familia de George Floyd, el afroestadounidense que falleció hace una semana en Estados Unidos (EE. UU.), determinó que se trató de “un homicidio causado por asfixia debido a la compresión del cuello y la espalda que condujo a una falta de flujo sanguíneo al cerebro”.
Se trata de los primeros hallazgos del examen publicado este lunes 1 de junio por ABC News, en medio de una oleada de protestas y disturbios que han asolado algunas localidades de EE. UU., luego del deceso ocurrido el 25 de mayo cuando Floyd fue detenido en Minneapolis, estado de Minnesota.
Floyd, de 46 años, permaneció al menos cinco minutos en el suelo con la rodilla del policía blanco, Derek Chauvin, en el cuello. “No puedo respirar”, fueron las últimas palabras que dijo antes de ser llevado una hora después a un centro médico, donde murió.
Los doctores Michael Baden, ex forense jefe de la ciudad de Nueva York, y la directora de autopsia y servicios forenses de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan, Allecia Wilson, fueron quienes realizaron la autopsia, según el abogado de la familia, Ben Crump.
En el informe apuntaron que el peso en la espalda, las esposas y el posicionamiento son factores que contribuyeron a la tragedia porque perjudicaron la capacidad de funcionamiento del diafragma del afroestadounidense.
La muerte de Floyd generó manifestaciones masivas en varias ciudades de Estados Unidos, de las cuales algunas terminaron en saqueos. Integrantes de la Guardia Nacional tuvieron que ser desplegados y autoridades decretaron toque de queda.
Chauvin fue privado de libertad el viernes 29 de mayo y ya fue acusado de asesinato y homicidio involuntario de tercer grado.