El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, se encuentra en un escándalo luego del apoyo brindado sin condiciones a su polémico asesor político, Dominic Cummings, quien es acusado de violar la cuarentena dictada por el Gobierno para controlar el brote del el coronavirus (COVID-19).
Reino Unido es el segundo país del mundo con más casos por el coronavirus, con 267,240 casos positivos y 37.000 muertos confirmados. En ese sentido, Boris Johnson extendió el distanciamiento social hasta el 1 de junio de 2020, por lo que el país está en la obligación de mantenerse en confinamiento para frenar la pandemia.
Dominic Cummings fue el cerebro de la campaña por el Brexit -término acuñado para referirse a la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE)- en el año 2016. Actualmente, es el nombrado asesor especial del primer ministro en cuanto este llegó a Downing Street, Londres.
El viernes 22 de mayo, los medios británicos lo acusaron de realizar varios desplazamientos en coche incumpliendo el aislamiento social, según informó la BBC. En marzo, condujo desde Londres a Durham, en el noreste de Inglaterra, con su esposa y su hijo de cuatro años.
Dominic Cummings, el asesor político del primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, es acusado de incumplir confinamiento. Foto: El Español.
En abril, lo captaron en los turísticos alrededores de un castillo medieval situado a 50 kilómetros de Durham por el cumpleaños de su esposa. Estas salidas están prohibidas por lo que incluso británicos hasta la fecha siguen sin estar autorizados a visitar a sus familias.
El lunes 25 de mayo, Dominic Cummings explicó que se instaló con su familia en la casa de sus padres porque buscaba a alguien para cuidar de su hijo y es que temía estar infectado de la COVID-19. El asesor no mostró arrepentimiento y tampoco pidió disculpas y afirmó que no renunciará a su cargo.
Boris Johnson
Por su parte, Boris Johnson le dio su respaldo, el domingo 24 de mayo. Dijo a la población que lamentaba la “confusión” y la “rabia” que generó la situación. Otros miembros del Ejecutivo han salido en su defensa como el ministro de Salud, Matt Hancock, quién señaló que Cummings actuó “dentro de las normas”.
Así también, el ministro del Gabinete, Michael Gove defendió al asesor y lo describió como un “hombre de honor e integridad". Sin embargo, el secretario de Estado para Escocia, Douglas Ross, renunció a su cargo oponiéndose a las declaraciones de Cummings.
“Los habitantes de mi circunscripción no han podido despedirse de sus seres queridos, las familias no han podido llorar juntas, la gente no ha podido visitar a sus seres queridos enfermos porque estaban siguiendo las recomendaciones del Gobierno”, declaró a la BBC. Aseguró que no puede decir que estaban todos equivocados y que un consejero del Gobierno tenía razón.