Jazz Jennings es una activista estadounidense de 19 años que decidió hacer pública la realidad de la mujeres trans a través de su cuenta de Instagram, luego de subir una imagen de las cicatrices que le dejó una cirugía de reasignación de sexo.
Mediante esta intervención quirúrgica, una persona transgénero puede vivir finalmente en un cuerpo con los genitales del sexo que prefiere. Esta condición ya los define como transexuales.
Jazz Jennings, quien a sus cinco años fue diagnosticada con “disforia de género” —cuando una persona se siente muy inconforme por el género con el que nació—, comenzó su transición en la niñez.
A los seis empezó a adoptar la identidad que le pertenecía, siempre con el apoyo de su familia.
A los 13, en Estados Unidos, ya habìa publicado ‘Mezclilla’, un libro que cuenta a los niños qué significa ser transexual.
‘Mezclilla’ narra el drama de una adolescente a quien una compañera de clase le toma fotos en baño de un colegio de Estados Unidos “para revelar que es varón”.
“La noticia se propaga como un incendio forestal en la escuela e incluso llega a las fuerzas del orden. Micayla está etiquetada como depredador sexual y huye”, se lee en la reseña de Amazon.
Hace un año y medio se sometió a una cirugía de reasignación de género, y esta semana decidió mostrar los resultados y las marcas que le dejó la intervención.
“Estoy orgullosa de mis cicatrices y amo mi cuerpo tal como es. Las llamo mis heridas de batalla porque significan la fuerza y la perseverancia que se necesitaron para completar finalmente mi transición❤️”, se lee en su mensaje de Instagram.
La publicación, que fue compartida en todo el mundo, evidencia el trajinado proceso de los integrantes de esta comunidad, quienes no desarrollan su identidad de género en base a su sexo biológico.
En ese sentido, sus datos personales (nombre y sexo) consignados al momento de su nacimiento no reflejan su verdadera identidad, lo cual los expone a situaciones de violencia y obstaculiza sus derechos fundamentales como la educación, el trabajo y la salud.
La Organización Mundial de la Salud antiguamente incluía al transexualismo y al travestismo dentro del rubro “Trastornos de la identidad sexual” del Manual de Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10).
Sin embargo, con el avance de la ciencia esto ha sido superado en el nuevo Manual (CIE-11) publicado este año, que elimina el transexualismo y el travestismo de dicha clasificación.
Jazz Jennings está comprometida con la comunidad LGTBQ (Lesbiana, Gay, Bisexual, Trangénero y Queer) y así lo ha reflejado en su cuenta en la red social.
En Instagram tiene más de un millón de seguidores y la gran mayoría le envía mensajes de apoyo en cada una de sus publicaciones.
De acuerdo a la Fundéu BBVA un transexual es una persona cuya identidad de género no se corresponde con el sexo que se le asignó al nacer.
Medios especializados definen a esta intervención quirúrgica como una destinada a modificar el sexo de nacimiento de una persona por el que corresponde a su identidad de género. Cabe resaltar que la más común es la genitoplastía feminizante (también llamada vaginoplastía), cuyo fin es crear una vagina con tejido peniano.
"Las llamo mis heridas de guerra porque representan la fuerza y la perseverancia", escribió Jazz junto a las imágenes. Foto: Difusión.
Las dos clases son: vaginoplastía por inversión peneana y la de colgajo rectosigmoidal pediculado, en la cual se usa la parte final del intestino grueso para recrear el sexo femenino.
Las operaciones para reasignar el sexo a una persona poseen un alto riesgo de complicaciones. Durante las primeras 48 horas post cirugía, es donde se presentan los dolores más graves.
Por ejemplo, quienes se sometieron a una faloplastía (reconstrucción del pene), solo el 60% de las personas trans en España, logran la sensibilidad en su sexo, mientras que el 30% lo pierde parcial o totalmente.
Además, el riesgo de padecer cáncer de mama incrementa a pesar de las mastectomías por el tratamiento hormonal que reciben.
A mediados del 2019 la Red Regional de Información sobre Violencias LGBTI en América Latina y el Caribe y su Observatorio -SInViolencia LGBTI, determinaron que en los últimos cinco años, 1300 personas transexuales fueron asesinadas.
De este total, el 30% fue impulsado por prejuicios. “El mensaje detrás de estas violencias es claro: las personas LGBTI deben ocultar su sexualidad e identidad a cambio de mantenerse con vida”, sostuvo el informe.
Cabe resaltar que el 62.7% de la población LGTBI peruana ha sido agredida y discriminada por su orientación sexual, según el registro.
“Es como si la orientación sexual, la identidad de género o ser LGTBI fuera una enfermedad que se pudiera curar con estas supuestas terapias de reconversión, que son en realidad actos de tortura que aún se ven en estos días”, resaltó Dante Ponce de León, funcionario de la Adjuntía para los Derechos Humanos y las Personas con Discapacidad de la Defensoría del Pueblo.