Un bebé cayó accidentalmente a una tina llena de agua hirviendo, donde estaban las hojas que las que su abuela envolvería las hallacas (tamales venezolanos) para la cena de Navidad.
Ocurrió el mismo 24 de diciembre en Cúcuta, Colombia. El bebé de iniciales E.H.G. se encuentra en estado de salud bastante delicado, mientras sus padres suplican la autorización para trasladar al pequeño a una clínica especializada en Bogotá y puedan salvar su vida.
El bebé ha sido atendido en un hospital de la localidad donde “solo le han podido dar una atención paliativa al no contar con una unidad de quemados, tratamiento con analgésicos y antibióticos”, según aseguró Edinsson Herrera, padre del menor al medio La Opinión.
“Su salud se deteriora con el paso de las horas y lo que pedimos e imploramos es que lo puedan trasladar a la capital para que allí reciba los cuidados necesarios”, precisó el progenitor del niño.
Además, persiste en su requerimiento al explicar que el hospital Simón Bolívar, en Bogotá, cuenta con la logística adecuada para ofrecer la atención que su hijo necesita, aunque no cuentan con el mismo equipamiento para poder realizar el traslado.
El bebé había estado al cuidado de su abuela, mientras los padres trabajaban. Solo bastó un pequeño descuido para que el niño encuentre en el suelo, el recipiente lleno de agua hirviendo que le quemó toda la parte trasera de su cuerpo.
“Ella dice que en un descuido entró a la cocina y en ese momento escuchó el grito del niño, que cayó sentadito en el agua hirviendo”, relata el padre.
Además, señaló que diferentes sectores se han unido a su caso para presionar a que el trámite de traslado se dé lo antes posible y el bebé pueda ser atendido bajo mejores condiciones.