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Lazos con Epstein hacen renunciar al director de un prestigioso centro de investigación

El caso Jeffrey Epstein continúa salpicando a personas con importantes cargos en EE. UU. Esta vez le tocó a un director del MIT.

larepublica.pe
Joichi Ito, director del Media Lab del MIT y el fallecido Jeffrey Epstein. Fotos: MIT/AP.

Joichi Ito, el director de un centro de investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, en sus siglas en inglés), dimitió este sábado después de que saliesen a la luz sus lazos financieros con el fallecido magnate Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual de menores.

La decisión del principal responsable del prestigioso Media Lab del MIT llegó horas después de que la revista New Yorker desvelase los esfuerzos de los dirigentes de la institución para ocultar su relación con Epstein.

Según documentos internos a los que tuvo acceso la publicación, el Media Lab siguió aceptando donaciones hechas o canalizadas por el magnate durante años a pesar de que Epstein había sido condenado por delitos sexuales, lo que le había descalificado como donante a ojos del MIT.

Los jefes del centro de investigación, sin embargo, siguieron trabajando con él, escondiendo su nombre en regalos y en gestiones que hizo para obtener fondos para la institución aportados por otros multimillonarios, entre ellos el fundador de Microsoft Bill Gates.

El MIT ya había reconocido haber recibido dinero de Epstein a lo largo de los años e Ito había dicho esta semana que había aceptado una donación de 525.000 dólares para el Media Lab y una suma de 1,2 millones para su fondo de inversión.

Sin embargo, la información de la New Yorker apunta a que Epstein dio más dinero y también canalizó el de otros, al menos 7,5 millones de dólares, al centro.

Correos electrónicos a los que tuvo acceso la revista muestran que los responsables del Media Lab dieron órdenes de que sus donaciones figurasen como anónimas en los registros y de que su nombre no apareciese vinculado a los regalos que millonarios hicieron a petición suya.

Jeffrey Epstein, de origen humilde, vivió los últimos años de su vida rodeado de lujos y de manera desenfrenada gracias a la firma que estableció en 1981 para clientes con activos a partir de 1.000 millones de dólares, con la que estableció un imperio y multiplicó sus contactos con personalidades de todos los ámbitos a lo largo y ancho del planeta.

El presidente estadounidense, Donald Trump, el expresidente Bill Clinton o el príncipe de Inglaterra fueron algunas de las personas que frecuentó.

En 2008, el magnate fue acusado de abusar sexualmente de varias adolescentes en una de sus mansiones, pero tras un acuerdo con la Fiscalía del Sur de Florida solo fue condenado a 13 meses de cárcel y la investigación que podría haberle llevado a una condena de cadena perpetua, fue detenida.

Este año, Epstein fue detenido de nuevo acusado de tráfico sexual de menores e ingresó en prisión preventiva en una cárcel de Nueva York, donde se suicidó el pasado 10 de agosto.