Un riguroso estudio científico aseguró que la orientación sexual de una persona no se rige a la presencia de un ‘’gen gay’’ en su ADN.
El análisis, que reunió la información genética de medio millón de personas de diversos países europeos y Estados Unidos, ha acaparado la atención de la opinión pública tras ser publicada en la reconocida revista Science.
El estudio, impulsado por el Laboratorio Europeo de Biología Molecular de Finlandia, se enfocó en desarticular la idea del ‘’gen gay’’, popularizada a inicios de los noventas.
Por su parte, el Biobank del Reino Unido y 23andMe, clasificaron las muestras y tomaron en cuenta las preferencias y experiencias sexuales de cada participante, con el fin de encontrar alguna relación entre la composición genética y la orientación sexual.
“(Debemos) resistirnos a las conclusiones simplistas, porque los fenotipos de conducta son complejos, porque nuestro conocimiento genético es rudimentario y porque tenemos un largo historial de mal uso de los resultados genéticos con propósitos sociales”, detalló Andrea Ganna, investigador del Hospital Genético de Massachusetts (Estados Unidos).
Diversos científicos toman como pieza fundamental el entorno en el que se desarrolla un sujeto. Por ejemplo, si bien los padres influyen en los rasgos físicos de sus hijos, estos necesariamente no estarán expuestos a los mismos riesgos, como un mal cardiaco, incluso pueden desarrollar otro metabolismo según su nutrición (factor denominado ‘’ambiente’’ por los doctores).
Según la investigación, solo se presentaron cinco casos de variantes genéticas relacionadas al comportamiento homosexual, al igual que miles involucradas en este patrón, sin embargo, no integraron algún pronóstico fiable.
“Es un comportamiento complejo donde la genética juega un papel, pero probablemente de forma minoritaria. El efecto del ambiente existe, pero no podemos medirlo exactamente”, comenta Fah Sathirapongsasuti, científico de 23andMe.
En resumidas cuentas, los científicos han restado la importancia que se le brindaba a los genes como principales actores de la orientación sexual de un sujeto, y encontraron algunos factores externos, junto a los ambientales y sociales, que podrían asociarse, por lo que no desecharon en lo absoluto el papel de la genética, aunque sí acabaron con la famosa idea del ''gen gay''.
“El uso de estos resultados para el pronóstico, la intervención o una supuesta ‘cura’ de la homosexualidad es totalmente imposible”, finalizó Melinda Mills, socióloga de la Universidad de Oxford (Reino Unido).